Thursday, August 31, 2006


El ratoncito genocida que se convirtió: Doctor Bernard Nathanson. Quizá no mucha gente ha oido hablar en España del doctor Bernard Nathason, más conocido en Estados Unidos por el sobrenombre del "rey del aborto". Efectivamente, el doctor Nathason, en los tiempos más oscuros y viles de su biografía como él mismo relata, fue uno de los principales impulsores de la legalización del aborto en Estados Unidos y de hecho fue director durante unos años de la clínica abortista más grande en ese país. En 1969 (casi el año que nací yo, vaya por donde), Nathanson fundó junto con Larry Lader la asociación "Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto", la cual influyó decisivamente en la posterior legalización del aborto en USA y, más gravamente aún, en el cambio de mentalidad de muchas personas que empezaron a ver en el aborto un derecho inocuo y conveniente y no el crimen monstruoso que en realidad es (siempre que sacan a relucir algunas personas el aborto como un derecho de la "madre", habría qué preguntarles dónde queda el derecho de los niños y de muchos padres arrollados por este espantoso crimen) La labor de este ratoncito genocida fue incansable. Resulta entre escandoloso y sorprendente las propias confesiones que el doctor Nathanson hace sobre las mentiras y trucos que él mismo fabricaba para lograr el apoyo de la opinión pública en su lucha por legalizar el aborto. Por ejemplo, y a sabiendas, declaraba que la cifra de abortos ilegales en USA por aquella época era de 1.000.000, cuando en realidad no llegaban a 100.000, o que el número de mujeres que morían por abortos ilegales era anualmente de 10.000, siendo la cifra real 250 mujeres...todo esto, como os podeis imaginar, buscaba concienciar (bueno, más bien desconcienciar) a la opinión pública de que legalizar el aborto era esencialmente una necesidad buena. Como el mismo doctor Nathanson confiesa actualmente con amargura, una gran mentira repetida a los medios de comunicación, tiene la capacidad de convencer al suficiente número de personas.
La cifra de abortos practicados por el doctor Nathanson es de 75.000, entre las cuales figura la de su propio hijo, hasta que en una ocasión, practicando un aborto, oyó mediante ultrasonido latir el corazón del feto, lo que removió tanto su conciencia que dejó de practicar abortos inmediatamente y pasó a ser uno de los mayores defensores de la vida, publicando libros, documentales, dando conferencias, etc, hasta que en 1996, se convirtió al catolicismo recibiendo el Bautismo, la Confirmación y la Sagrada Eucaristía en la Catedral de San Patricio de Nueva York. Al final de la ceremonia, sus palabras fueron de agradecimiento a quienes, habiendo rezado mucho con perseverancia y fe por él, habían logrado poner finalmente en sus ojos lágrimas de arrepentimiento.
Arrepentimiento y como no, propósito de enmienda y vencer el mal con el bien, noble tarea a la que se dedica ahora el doctor Nathanson movido por la gracia de Dios.

Tuesday, August 29, 2006

El ratonazo sanguinario: Robert Lanza

El primero de este blog de Hombres y Ratones lo dediqué al ratoncito Juan José Millás, ratoncito inofensivo, articuentista de El País y prolífico escritor aunque no muy leido. Es, pues, simplemente un ratoncito de biblioteca.
Sin embargo, el ratonazo Robert Lanza ofrece un perfil mucho más peligroso. Robert Lanza es uno de los accionistas principales de la empresa norteamericana Advanced Cell Technology, y recientemente ha sido titular de los medios de comunicación al anunciar a bombo y platillo que su empresa había sido capaz de crear células embrionarias sin destruir al embrión, y asegurando a colación que los problemas de conciencia ya no tienen lugar. Pues bien, todo ha sido un fraude. Los 16 embriones que fueron utilizados para conseguir células embrionarias sin destruirlos, fueron en realidad destruidos. Los 16. Todos ellos,aniquilados, como han tenido que admitir desde la propia empresa Advanced Cell Technology. El desmentido de la noticia ha encontrado eco y reflejo en la mayoría de los medios de comunicación, aunque como era de esperar, con una mucho menor profusión y titularidad que su primer engaño y fraude, así que Robert Lanza ha conseguido al menos dos cosas: ser noticia (aunque falsa), y lograr que la cotización de la acción de su empresa se dispare. Lo segundo es cuestión de tiempo hasta que vuelva a bajar, pero lo primero tiene peor solución.

No nos engañemos, Robert Lanza es principalmente un gestor económico, y sus criterios son mercantilistas. Todas las empresas que se dedican a la investigación con células embrionarias han vendido en realidad humo y se han ido dejando en el camino la mayor parte de su valor accionarial. Hasta la fecha, sólo han tenido capacidad terapéutica las células madres adultas, no las embrionarias, y que, además, no crean problemas éticos. Por qué razón se potencia la investigación de las células embrionarias en detrimento de las células madres es algo que algún día nos tendrán que explicar algunos progres de pacotilla. De momento, quede aquí simplemente como constancia.

No es la primera vez que el roedor Robert Lanza crea una noticia falsa a conciencia y que luego demuestra ser un fraude escandaloso. Ni es la primera aberración que comete. Ya intentó sin éxito desarrollar un embrión humano en el utero de una vaca (no sé para qué, lo más que conseguiría es un cabrón y para eso ya está él). El embrión, claro, murió. Ya anunció en varias ocasiones que había conseguido clonar el primer ser humano (la primera ocasión, en el año 2001). Al menos, lo anunció en tres ocasiones. Las tres, evidentemente, sin ser verificadas. Las tres, falsas.

El objetivo que persigue Robert Lanza es conseguir que el congreso americano destine fondos económicos para financiar este tipo de investigación con células embrionarias. Salvando el problema moral de que para crear este tipo de células embrionarias no era necesario destruir embriones, Robert Lanza habría dado un paso de gigante en este sentido. Por desgracia para él y su bolsillo, y por gracia para los embriones, la verdad de su mentira se ha descubierto inmediatamente. Veremos qué es lo próximo que se saca de su chistera el ratonazo sanguinario Robert Lanza.

Thursday, August 24, 2006

El ratoncito Millás
Todos tenemos un amigo agnóstico-laicista-coñazo a mano. Yo no podría ser la excepción. Ayer, uno de estos amigos, me dio para que lo leyera una fotocopia de un artículo firmado por un ratoncito llamado juan josé millás. El ratoncito Millás está muy preocupado porque los Obispos españoles hacen uso de su derecho de libertad de expresión. Vamos mejorando. Hace medio siglo los "camaradas" del ratoncito hubieran solucionado el problema de la libertad de expresión de raíz, tan tranquilamente. Que no queremos que los obispos, curas o católicos de a pie se expresen, pues nos los cargamos y ya está. Ya digo, vamos mejorando. Según este simpático roedor, los obispos deberían hablar de Dios, evitando temas como la educación, la bioética, la moral sexual etc. Le debe parecer a nuestro millas mouse que Dios es indiferente ante el hecho de que los padres podamos elegir libremente el modelo de educación para nuestros hijos según de acuerdo a nuestras convicciones y valores. O que ante el hecho abominable de la eliminación sistemática de embriones (vidas) humanas Dios permanezca mudo y ciego. Rocambolesca teoría la del ratoncito este, tiempo tendrá de explicarsela al mismo Dios.

Pues no, Millás. Los obispos hablan y como no puede ser de otra manera, levantan ampollas en los acomplejados laicistas. Siempre me ha producido perplejidad el enorme interés con que escuchan los laicistas las palabras de los Obispos. Me pregunto si a Millás le queda algún trauma o complejo de monaguillo frustrado durante sus estudios en los claretianos. Así que no esperes oir hablar a los Obispos sobre cómo cocinar el pollo al chilindrón o asesorando a la ministro Trujillo sobre cómo decorar su mini piso de 300 m2 al estilo art noveau con ribetes orientales.
Y creeme,Millás, no te obsesiones con la Iglesia Católica, que goza de buena salud y vigor. Preocupate más bien, como filocomunista que eres, de la desaparición de tan perniciosa y dañina ideología.