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Friday, February 15, 2008


¿El alma está en el cerebro?

Dedicado a mi "polémico" Rafael Ariza.

Recientemente, ha tenido lugar en el Netherhall College de Londres, obra corporativa del Opus Dei- la publicidad corre de mi cuenta, y a gusto lo hago-, la 10ª edición del "International Interdisciplinary Seminar", en la que científicos de todo el mundo han disertado, esta vez, sobre este apasionante tema: ¿Hay sitio en la ciencia para el alma? ¿Puede la neurociencia –lo que sabemos del cerebro- sugerir su existencia?

Inmediatamente me ha venido a la cabeza el título del libro del abogado y divulgador científico Eduardo Punset: el alma está en el cerebro. El libro de Punset, en mi opinión, es un acabado ejemplo de lo que denominamos "materialismo reduccionista". La tesis central de la filosofía reduccionista es que todo lo que existe en la realidad puede ser explicado en términos físicos. En la tan en boga filosofía de la mente, que es dónde se enmarca el libro de Punset, el equivalente sería que los estados mentales pueden reducirse a estados físicos. Las personas seríamos básicamente configuraciones físico-químicas o neuronales del cerebro. Ahí radicarían nuestra voluntad, nuestras creencias, nuestros pensamientos, nuestra felicidad o nuestra desdicha. Somos poco más que un cerebro con mocasines.

El cerebro humano sería algo así como un gran caleidoscopio en el que entran datos sensoriales y salen convertidos en datos de conducta. En este tipo de antropología, el libre albedrío queda seriamente en entredicho, cuando no directamente anulado. Cae de lleno en el determinismo, nada podríamos haber hecho diferente a lo que nuestro cerebro procesó.

Frente al determinismo, yo creo radicalmente en la libertad humana. Nada hay más personal e instransferible que el mérito de la virtud o el demérito de la culpa en el ser humano. Pero esto presupone necesariamente la libertad humana. Sin libertad, no cabría ni la virtud ni la culpa. Ni las cárceles ni los altares, ni el cielo ni el infierno. Ni la superación ni el arrepentimiento. La concienca no puede remorder desde esquemas bioquímicos.

Estos sistemas neurofísicos, de tejas para abajo, esenciamente materialistas, suelen tener como base negar cualquier atisbo de transcendencia en el ser humano. Es evidente que si el alma y la conciencia tienen su origen en un conjunto de neuronas, cualquier consideración del alma como algo sobrenatural no encuentra espacio, ni razón de ser. Según Francis Crick, Autor del libro La búsqueda científica del alma, es tajante descubriendo su intencionalidad:"un día la humanidad aceptará el concepto de que el alma y la promesa de la vida eterna no existen".

Para Crick, la conciencia es sólo "una banal fusión de neuronas del cerebro". Como toda hipótesis, tiene la ventaja de que puede sobrevivir de momento sin más comprobación. Pero la realidad es que sabemos muy poco de la enorme complejidad del cerebro, de qué manera los miles de millones de células cerebrales interpretan sensaciones, hacen uso de la memoria y asociaciones para encontrarles algún sentido, y finalmente crean pensamientos conscientes acerca del mundo. Estamos en fase embrionaria y no resulta difícil la ciencia ficción al estilo de Crick, aunque lleve aparejada la absoluta desnaturalización de la persona humana-

Termino con una frase de Sir John Eccles, Premio Nobel de Medicina, "El materialismo, si se lleva a sus consecuencias, niega las experiencias más importantes de la vida humana: «nuestro mundo» personal seria imposible. La ciencia y la fe son aliadas, no enemigas. Y la fe cristiana proporciona ayudas muy valiosas para que se evite un materialismo que nada tiene que ver con la ciencia, y para que la ciencia pueda contribuir a la solución de los graves problemas que tiene planteados hoy día la humanidad."

Fernando Inigo. fer.inigo@gmail.com

Wednesday, January 16, 2008


Sobre la Teoría del Big Bang.

Agradezco a D Rafael Ariza las enriquecedoras aportaciones que realiza en su artículo "Siguiendo el debate sobre el big bang. A lo que se puede llegar o no con esa teoría.", publicado en Aragón Liberal http://www.aragonliberal.es/noticias/noticia.asp?notid=3856&menu=3, y que es una ilustrativa reflexión sobre un artículo mío previo.

Comienza el autor desplegando la siguiente afirmación, con la que plenamente coincido: "La teoría del Big Bang, lo que se conoce como el modelo standard, no lleva necesariamente a la demostración de la existencia de Dios.".
No creo, y es mi opinión personal, que teoría científica alguna lleve necesariamente a la demostración de Dios. Sería tanto como apresarlo en un teorema de formulación finita, en una jaula de números. Simplemente, eso no se va dar. El hombre tendrá -tendremos- que seguir viviendo de fe. Cuestión distinta, y hacia allí iba mi comentario sobre Jastrow, es que algunos científicos se empeñen en utilizar la ciencia como una goma de borrar las huellas de Dios. Tampoco lo conseguirán.

Al mismo tiempo, creo que la Teoría del Big Bang es perfectamente compatible con el concepto de Creación. Aunque eso, poco importa. Para los creyentes, científicos o no, importa poco el cómo, que pertenece al campo de la metáfora. No es necesario. Lo que nos importa es el hecho: Dios creador. De Cielo y Tierra, de todo lo visible e invisible...Profesamos una fe que vamos arropando como podemos. En mi caso, al menos, con un matiz crucial. No soy deísta. No creo en Dios exclusivamente como un gran arquitecto, o como un relojero de precisión, que crea el Cosmos con tiralíneas y se echa la siesta colgando en su habitación el cartel de "No molesten". Yo creo en un Dios personal que no nos quita de su mirada. Pero ese ya es otro debate.

Es cierto. Con la Teoría del Big Bang, los creyentes nos sentimos cómodos, si se me permite la expresión. Como he dicho, la vemos compatible con nuestra fe. Compatible es la palabra. Incluso, parece favorecerla. Como declaró el historiador de la ciencia Frederic B. Burnham, "La comunidad científica está preparada para considerar que la idea de Dios creador del Universo es una hipótesis más respetable hoy que en cualquier tiempo de los últimos 100 años". Una anécdota al respecto: Cuando el sacerdote y físico católico George Lemaitre expuso su "Hipótesis del Atomo Primitivo", o Teoría del Big Bang, Einstein le contestó: "Eso me recuerda demasiado al Génesis, ¡se nota que es usted sacerdote!.". Como se ve, el debate sobre las implicaciones teológicas de la Teoría del Big Bang tiene una extensa literatura.

Estoy de acuerdo cuando dice que debemos encontrar una " una razonada y razonable convergencia entre gión y ciencia". Pero, para eso, es imprescindible que algunos científicos entren en la senda del sentido común y no se empeñen en trazar artificiales fronteras de incompatibilidad. Acabamos de contemplar atónitos el triste boicot que un grupito de profesores y alumnos de la Universidad la Sapienza han hecho al Papa Benedicto XVI, y que ha impedido al Santo Padre pronunciar un discurso en esa Universidad. No deja de ser una paradoja de la historia que la Universidad La Sapienza, creada en Roma el 20 de abril de 1303 por la voluntad del Papa Bonifacio VIII, cierre ahora las puertas a su Sucesor, para dar gusto a una minoría intolerante. Pero así es como pretenden reescribir la historia quienes hacen de la confrontación el chusco de cada día.

Tuesday, January 08, 2008


Desde mi trinchera liberal: Comentando el Big Bang de Frid.

Tras la comprobación de la Teoría del Big Bang, el astrofísico R. Jastrow comentó: "En este momento parece que la ciencia nunca podrá levantar la cortina sobre el misterio de la creación. Para el científico que ha vivido de su fe en el poder de la razón, la historia termina como una pesadilla. Ha trepado por las montañas de la ignorancia, está a punto de conquistar el pico más alto, y conforme se encarama sobre la última roca, le da la bienvenida un grupo de teólogos que llevan ahí sentados siglos".

La cita, entre la zozobra y la honradez intelectual, muestra el estado de ánimo de algunos científicos que quisieron poner al hombre en la cumbre de la ciencia y se encontraron con la Teología. Dios ya estaba allí, y vanos resultaron los esfuerzos en borrarlo del horizonte humano de sucesos.

Como dice Federico en su artículo, no puede existir contradicción entre ciencia y religión. Lo decía Einstein, la ciencia sin la religión está coja, la religión sin la ciencia está ciega. La teoría del Big Bang parece perfectamente compatible con el concepto de creación, y esto es algo que algunos científicos todavía siguen sin querer ver. Al menos hasta la fecha, los científicos no han podido interpretar los sucesos más inmediatos a la gran explosión. Mucho menos, una explicación natural a por qué ocurrió, y qué la causó. O quién, y esto provoca una sensación de impotencia en una parte de los científicos que lo estudian. La frase es de Leon Lindeman, nobel de física: «Cuando oyes a alguien diciendo algo sobre el nacimiento del Universo,no tengas dudas de que se lo están inventando todo.Ése es el campo de los filósofos. Dios sabe lo que pasó en el principio de los tiempos».

Por ejemplo, el famoso científico S. Hawkinga utiliza un argumento parecido. En su libro Brevísima historia del tiempo, leemos:

"En lo que nos concierne, los acontecimientos anteriores a la gran explosión (Big Bang)no pueden tener consecuencias, y no deberían formar parte de ningún modelo científico del universo. Por ello, deberíamos eleminarlos del modelo y admitir que la gran explosión fue el origen del tiempo. Ello significa que preguntas como ¿Quién estableció las condiciones para el big bang? no son cuestiones que la ciencia estudie.".

Sunday, January 06, 2008


Desde mi trinchera liberal: Cuando la ciencia es dogma.

Durante la presentación en la Casa Blanca de la secuencia del ADN humano, el entonces presidente americano Clinton declaró lo siguiente: "Hoy estamos aprendiendo el lenguaje con el que Dios creó la vida. Estamos llenándonos aún más de asombro por la complejidad, la belleza y la maravilla del más divino y sagrado regalo de Dios".

Al científico responsable del Proyecto Internacional Genoma humano, que tras años de arduo trabajo había conseguido la secuencialización del Genoma humano, Francis Collins, no sólo le pareció bien esta declaración de Clinton, sino que aún la embelleció:

"Es un día feliz para el mundo. Me llena de humildad, de sobrecogimiento, el darme cuenta que hemos echado el primer vistazo a nuestro propio libro de instrucciones, que previamente sólo Dios conocía".

Algunos sectores científicos y políticos, se esfuerzan en delimitar los campos entre la ciencia y la fe como excluyentes, cuando no aluden expresamente al ateísmo militante. Es el caso, por ejemplo, del científico Richard Dawkins, cuando declara:

"La fe es una gran evasión, una gran excusa para evadir la necesidad de pensar y evaluar la evidencia. La fe es creer a pesar de la falta de evidencia, o quizá debido a la falta de ella...la fe, siendo una creencia que no se basa en la evidencia, es el principal vicio de cualquier religión". La postura de Dawkins es tan tajante, tan irreflexiva, tan embadurnada de fanatismo, que llega al punto de no asistir a debates en los que estén presentes científicos creyentes.

Sin embargo, Dawkins olvida una cosa. La mayor parte de la física teórica de los últimos 30 años se basan en supuestas teorías desprovistas de evidencia científica. El propio párrafo que Dawkins presenta para revolverse contra la religión, lo podría llevar al campo de la física, donde hoy por hoy, hay mucho más dogma que verdad comprobada desde la experimentación.. Mucha más conjetura, que base empírica. Y con un matiz decisivo: la fe es parte integral de la religión, mientras que en cuestiones de ciencia, la fe en creencias científicas se convierte en vicio. No es aceptable. Lo propio de la ciencia es la demostración.

Tomemos por ejemplo el caso de la llamativa Teoría de las Supercuerdas. Una teoría que podía ser denominada de la Gran unificación, pues uniría lo grande y lo pequeño, la gravedad y las particulas elementales, mediante la audaz idea de que el mundo contiene muchas más dimensiones que todavía no hemos visto, ni descubierto, y muchas más partículas de las que conocemos. ¿Y dónde queda esto? ¿En el ámbito de la certeza? ¿En la solidez de una teoría comprobada, y bien armada? ¿En una teoría de formulación finita? No. Más bien, en el terreno de la especulación, la conjetura, y el deseo. No hay base. ¿No es esto una forma de "fe" viciada?

Y sin embargo, es una teoría inexcusable para el mundo académico. Muchos físicos, que no creen en la teoría, se ven obligados a trabajar en ella si quieren conseguir cátedra, al menos en Estados Unidos. Una uniformidad científica que va contra la propia esencia de la ciencia y su dignidad.

Monday, October 29, 2007


Desde mi trinchera liberal: Rajoy, demasiada cobardía.


Al contrario de lo que suele ocurrirle a la izquierda española, la derecha nacional normalmente se equivoca cuando rectifica, templa gaitas y matiza sus declaraciones desde el acomplejamiento y sus demonios.


Muy poco tiempo ha tardado Don Mariano Rajoy en decir ecologismo y cambio climático donde dije sectarismo castatrofista y falsas teorías impositivas. Descorazona comprobar la rapidez de Rajoy en buscar la absolución de sus pecados, la redención por la nueva religión ecoteísta, de verde y santurrona fachada.


Muchos esperábamos más de usted, Don Mariano. Podría, desde luego, haber explicado de manera breve pero emjundiosa que el programa del Partido Popular tiene como uno de sus ejes la defensa del medio ambiente. Pero que, precisamente por eso, la obligación de usted es desenmacarar a los falsos profetas de las causas verdes, mucho más preocupados en imponer su ideología, cercenar libertades y engordar su billetera que en mantener un debate científico riguroso y beneficioso para la humanidad. Podría habernos alertado usted de los intentos ecológicos de meternos el miedo en el cuerpo con el objetivo de ir creando rebaños temerosos, prietos y manipulables. Podría haber hecho de la cuestión medioambiental, alta política de oro y fino. Podría haber inoculado en el torrente sanguíneo de la sociedad un debate sereno, enriquecedor y de diferente color al que nos viene impuesto. Lástima. Talento no le falta pero miedo le sobra, para regocijo de las izquierdas. Hizo y deshizo en un santiamén, y ahí fulminó el debate y se cubrió de desprestigio.


La próxima vez, Don Mariano, sea más rebelde e incorrecto. Enciéndase un buen habano, caliente el micrófono a gusto y escandalice a esta nueva generación de hombres que buscan la inmortalidad en laboratorios, pechugas de pavo sanissímas y corporaciones dermoestéticas. Que quieren salvar el planeta eliminando inquilinos. Somos legión los condenados que vemos en la vida y la libertad dos valores absolutos frente a quien sea. Represéntenos.

Monday, October 15, 2007


Desde mi trinchera liberal: El Al Gorero climático.


And the Nobel goes to Al Gore. Anteriormente, el Oscar went to su indocumental "Una verdad incómoda". Para descrédito, el que empieza a atufar en estos premios, considerados ya una pata más de lo políticamente correcto, insoportable y sectario.


El premio nobel ha recaído en Al Gore y el panel intergubernamental contra el Cambio Climático., engendro de burócratas de la ONU. Comparten dos características: el discurso apocalíptico y su apego a la billetera. Mucho más que la brillantez científica.


Al Gore pretende convertir a la Ciencia en un apéndice de su propia forma de hacer política. Su doctrina tiene que ver mucho más con el sentimiento que con el análisis sereno de los hechos. No les interesa la defensa del medio ambiente más allá de lo que pueda significar rédito electoral, posicionamiento en el tablero de juego y, en definitiva, control de las conciencias. El discurso del miedo, del catastrofismo a largo plazo, tiene mucho que ver con esta tendencia. La verdadera libertad del ser humano no puede estar basada ni en el temor ni en un sentimiento de culpabilidad. Y estos sentimientos son los que pretenden, precisamente, exacerbar esta secta de políticos de verde fachada e ideología impositiva. Un rebaño atemorizado es siempre manipulable y bien dispuesto para aflojarse el bolsillo. Al Gore quiere ganarse, micrófono en mano, lo que las urnas le negaron.


No deja de ser un sarcasmo que Al Gore, que vive en una mansión de 20 habitaciones, 8 cuartos de baño, y cuya factura de electricidad supera los 20.000 dólares anuales, se dedique a aleccionarnos sobre el ahorro energético. Así cualquiera es anti-sistema.


Si algún atisbo de duda nos quedara, un juez del tribunal superior de Inglaterra, acaba de sentenciar que en el documental "Una verdad incómoda", hay afirmaciones "alarmistas y exageradas", que la "visión apocalíptica" del filme es políticamente partidista, que no es un análisis imparcial de la ciencia del cambio climático, y que contiene nueve errores importantes. Por todo ello el magistrado se pregunta si el documental realmente debería mostrarse a los escolares.


Si queremos un debate científico serio, honrado, y provechoso para toda la humanidad, debemos preservarlo de la contaminación política. Lo que menos necesitamos es políticos jugando a ser científicos de fin de semana.


Tuesday, September 25, 2007


Desde mi trinchera liberal: El calentamiento global II.


La frase es de Richard Lindzen, del Instituto Tecnológico de Massachussets : " “el calentamiento global no se reduce a un solo factor sino a cientos. Y la acción humana apenas si deja huella. La mayoría de los científicos no son alarmistas. En el fondo, parece que lo importante no es lo que digan los científicos, sino lo que digan los políticos y los ecologistas”.


Existe una tendencia muy clara en algunos políticos de convertir la ciencia en un apéndice de su propia ideología. No les interesa la defensa del medio ambiente más allá de lo que se pueda significar rédito electoral, posicionamiento en el tablero de juego y, en definitiva, control de las conciencias de los súbditos. El discurso del miedo, del catastrofismo a largo plazo, tiene mucho que ver con esta tendencia. La verdadera libertad del ser humano no puede estar basada ni en el temor ni en un sentimiento de culpabilidad. Y estos sentimientos son los que pretenden, precisamente, exacerbar esta secta de políticos de verde fachada e ideología impositiva. Un rebaño atemorizado es siempre manipulable y bien dispuesto para aflojarse el bolsillo.


Para endosar al ser humano la responsabilidad de un supuesto calentamiento global de consecuencias dramáticas, es necesario demostrar científicamente que dicho calentamiento es causa directa de la actividad humana. Que el cambio climático, tiene una génesis antropogénica. Sin embargo, no existe prueba científica alguna de esta relación causa-efecto. Gran parte de esta teoría del calentamiento global con origen en la actividad humana se debió al informe llamado del bastón de Hockey, publicado por el científico Mann. Según este informe, la temperatura del planeta presentaría una imagen similar a la de un palo de hockey: Plana durante siglos con un abrupta elevación en este último siglo. La explicación para estos científicos es clara: la contaminación, consecuencia del desarrollo industrial, es la causante de este súbito incremento en las temperaturas del planeta.


Hoy en día, científicamente, el informe del bastón de Hockey, carece de validez. Está demostrado que hubo períodos anteriores al nuestro más cálidos, lo cual es imposible de achacar al ser humano. La configuración de la temperatura se debe a multitud de factores, y el factor humano es quizá uno más. Pero, y en eso coinciden bastantes científicos, hasta cierto punto, irrelevante. Aún más: este calentamiento resultó, en términos generales, beneficioso para la humanidad.


Otro dato: el año más cálido en Estados Unidos es 1934. No parece tampoco posible achacarlo a la actividad humana. Si fuera el hombre el causante del ascenso en las temperaturas, dicho ascenso tendría que ocurrir en períodos de mucha más actividad industrial. Han conseguido calentar es la retórica. Lo necesitan para ir tejiendo el tapiz de su ideología mientras ingresan suculentos cheques.


Uno de los mayores representantes de este dibujo apocalíptico de Manhattans navegables y planeta recocido es el Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático. Para este organismo, creado por burócratas de la ONU, prevenir el calentamiento global tiene un coste anual de 200.000 mil millones de dólares. Con mucho menos presupuesto, podrían haber dotado a países pobres como Sri Lanka o Thailandia de aparatos que detectaran el Tsunami que devastó esos países y causó miles de muertos. Una tremenda incongruencia. Apuestan por la felicidad del hombre a largo plazo y convierten el presente en una tumba para miles de personas.


En temas actuales de debate, como la biodiversidad y las especies amenzadas, el mito de la superpoblación del planeta e incluso el calentamiento global están fuertemente contaminados por este tipo de sectarismo ideológico. Aclararlos de manera positiva implicaría una honradez intelectual que no están dispuestos a aceptar. Porque lo que menos les importa es el medio ambiente. Su anhelo es el de siempre: Controlar las conciencias y amputar nuestra libertad.




Thursday, August 30, 2007


Desde mi trinchera liberal: El Calentamiento Global.




Cuenta el doctor David Deming, de la Universidad de Oklahoma, ly crítico con la versión del calentamiento global que nos quieren imponer como oficial, la siguiente entrevista que mantuvo con un periodista de la revista Science:




¿Quiere usted decir que el calentamiento climático experimentado en Norteamérica pudo haber sido debido a causas naturales? - Preguntó el periodista.


Sí- Contestó el Doctor Deming.


Bien. En ese caso me temo que no tenemos reportaje. La gente sólo quiere saber si el calentamiento ha sido causado por la actividad humana. Adios. Concluyó el periodista.




Poco tiempo antes a esta entrevista, Deming había publicado un artículo en Science que finalizaba con la siguiente afirmación:




" la relación entre causa y efecto y las actividades del hombre y el calentamiento climático no pueden demostrarse más que de forma ambigua en la actualidad".




Existe una tendencia del ecologismo, o, más bien, de un ecologismo subvencionado que disfraza ideologías políticas radicales, que consiste en mantener una excesiva criminalización del hombre por su supuesta agresión al medio ambiente. Es un pretexto para seguir haciendo rodar en la historia la dialéctica anti-sistema. El Tratado de Kyoto, por ejemplo, tuvo como diana principal a Estados Unidos, planteando a este país unas exigencias directamente inasumibles El tratado, en gran medida, fue inspirado por un sentimiento anti-americano.


En realidad, donde menos quieren centrar el debate este tipo de ecologistas es en el carácter científico de sus afirmaciones. Prefieren ubicarlo en el marketing ideológico, en la leyenda mediática y en el catastrofismo a largo plazo. Nada atenaza más a las conciencias que el miedo al futuro. Planteando alarmismos injustificados, de dudosa base científica, consiguen dos objetivos inmediatos: dinero y control social. La ventaja de jugar con el miedo humano es precisamente que toca fibras irracionales en detrimento de las comprobaciones científicas. Crear el miedo es cuestión de marketing. El pánico es la mejor forma de mantener prieto el rebaño. La meterología no es una ciencia exacta. No sabemos si mañana tendremos que coger el paraguas o no y sin embargo, pretenden establecer un pronóstico de dramático escenario a cien años vista.
La inflación de catastrofismo no es algo nuevo en la historia de la Ciencia. Por ejemplo, hace 30 años, y en plena resurrección interesada de las teorías malthusinas de superpoblación, un eminente biólogo, Paul Ehrlich, profetizó que iban a morir millones de norteamericanos de hambre por la inexistencia de recursos debido a la superpoblación. Hoy en día, los americanos, como los ciudadanos de cualquier sociedad opulenta, mueren de obesidad o anorexia. Pero, ciertamente, no de falta de alimentos.







Lo que en realidad se está calentando es, pues, la retórica, más que el planeta. Hoy en día, cualquier desastre natural tiene su origen, para estos ecologistas, en el calentamiento global, así como cualquier anomalía climática. Y es un mensaje que va calando. Pero, ¿Cuál es la base científica entre calentamiento global y acción humana? Lo dejaremos para otra ocasión. Por el momento, baste con señalar que gran parte de esta teoría ecologista tiene su origen en el informe del "Bastón de Hockey", publicado en 1998 por el climatólogo Michael Mann. Un informe que hoy carece de cualquier validez científica. Ahora, es el turno de los políticos oportunistas tipo Al Gore. La ciencia está de funeral.

Sunday, August 19, 2007


Desde mi trinchera liberal: La Bacteria enamorada.


Pregunta: ¿Sienten amor los animales? Respuesta: "Claro. Fue una bacteria la primera que hace tres mil millones de años, cuando se tuvo que subdividir, buscó a alguien que se ocupara de la energía; en defintiva, buscó pareja"


Si usted suelta semejante afirmación desayunando con sus amigos, es muy probable que le premien su pintoresca y extravagante ocurrencia invitándole al café. Sin embargo, la frase pertenece a Eduardo Punset, por lo que va a ser asumida como cientíticamente válida y comprobada por cierta parte de la seudocultura oficial. Vamos a asistir al cortejo de las bacterias y a los devaneos moleculares. Romeo y Julieta al microscopio.


El materialismo, reducido a su núcleo, es muy poco científico. Necesita una continua redecoración mediática. Es una cuestión de fe, pero de fe no transcendente. El evolucionismo, es un aspecto más de esta corriente de pensamiento. El evolucionismo tiene mucho más de filosofía materialista que de base científica. Pertenece, y es su apoyo real, aunque no declarado, más al ámbito de la creencia que de la demostración experimental.


Actualmente, el mundo científico se divide, resumidamente, en dos grandes corrientes: los llamados creacionistas, que van teniendo cada vez más fuerza y adhesiones, y los partidarios de la teoría de la evolución, en sintonía con el materialismo. En su cosmovisión, los evolucionistas creen que la vida en la Tierra evolucionó partiendo de la materia inanimada, por puro azar. La vida es, simplemente, un maravilloso accidente cósmico sin finalidad alguna.


Entonces, ¿Cómo hemos llegado aquí? los materialistas no tienen otra opción salvo aceptar que las moléculas se fueron transformando en seres complejos, extraodinarios y conscientes. Por puro azar evolutivo. A lo sumo, recurren al mecanismo de la selección natural, de adaptación, de supervivencia del más apto. Pero no son capaces de explicar científicamente en qué consiste eso, y la evolución se convierte en tautología. Las especies que no sobreviven es por su incapacidad de adaptación y las que sí lo hacen es por selección natural. Los evolucionistas ganan siempre. Pero, ¿cuál es su base cientíifica? Inexistente. Algunos científicos, como Richard Dawkins, creen que la evolución no es un tema a debatir. Es un hecho incuestionable, sin más. Es sólo una forma de evitar el debate. Mero pretexto.


Cuando Francis Crick, uno de los codescubridores del ADN humano, comprobó su complejidad infinita, se dio cuenta que la probabilidad o el azar no podían servir como explicación plausible para los sistemas bioquímicos que forman la vida. Simplemente, por probabilidades, la vida no tendría que existir. Crick, por no tener que aceptar a Dios, se decantó por la ciencia ficción. En 1990, Crick propuso que la tierra había sido sembrada por esporas "fabricadas" en un lejano planeta. Lo llamó panspermia dirigida. Es decir, que debemos la existencia a simpáticos marcianiatos verdes. Como dice un amigo mío, siempre pensé que el polvo interestelar se refería a otra cosa.


Saturday, August 11, 2007


Desde mi trinchera liberal: Ecologismo criminal.


Ha transcendido a la prensa la siguiente noticia: Las presiones de grupos ecologistas fanáticos están detrás de dos casos de sucidio de agricultures franceses. En uno de ellos, junto a su cuerpo encontraron una planta de maiz y un folleto.


El folleto convocaba a un pic-nic anti transgénicos en su propiedad.



El ecologismo hoy en día tiene un dictado esencialmente ideológico, de índole anti.sistema, El ecologismo es una simple excusa para reinstaurar ideologías de corte marxista, y, en consecuencia, profundamente enemigas del hombre. Basta con ver en qué espectro político se mueven los llamados verdes.


No es una hipérbole. Uno de los co-fundadores de Greenpeace y hoy muy crítico con su gestión, Patrick Moore, contó lo siguiente en una entrevista publicada por la revista New Scientist en 1999.


Pregunta: ¿Por qué se ha deteriorado tanto el movimiento ecologista?
Respuesta: El movimiento ecologista abandonó la ciencia y la lógica a mediados de los años 80, precisamente cuando una gran parte de la sociedad empezó a adoptar temas más razonables en el campo del medioambiente. Esto se debió a que muchos ecologistas no supieron hacer la transición de la confrontación al consenso, y no lograron salirse del campo de la política de enfrentamiento. Esto se aplica de forma especial a los activistas políticos que estaban utilizando la retórica ecologista para tapar unas actividades que tenían más que ver con una guerra de clases y de anticorporativismo que con la ciencia actual del medio ambiente. Para mantener ese papel de adversarios, esas gentes tuvieron que adoptar, cada vez m.as, posiciones extrenas, ya que todas las que se mostraban razonables estaban siendo aceptadas.


El pàrrafo no tiene desperdicio. La utilización de la bandera verde por infiltrados activistas de la izquierda es de sobra conocida. Un amigo mio llama a los ecologistas las sandías. Verdes por fuera y rojos por dentro.

En temas actuales de debate, como la biodiversidad y las especies amenzadas, el mito de la superpoblación del planeta e incluso el calentamiento global están fuertemente contaminados por este tipo de sectarismo ideológico. Aclararlos de manera positiva implicaría una honradez intelectual que no están dispuestos a aceptar. Porque lo que menos les importa es el medio ambiente. Su anhelo es el de siempre: Controlar las conciencias y amputar nuestra libertad.

Wednesday, August 08, 2007


Desde mi trinchera liberal: Cuando la Ciencia es un fraude.


Hace bastantes años, Jim Watson, un científico famoso y reputado por haber sido uno de los descubridores de la estrucura del ADN, profetizó que el cáncer sería curado en dos años. La noticia fue recibida con alegría inmensa por muchas personas que creían ya tener el número premiado en la lotería de la salud.


Un paseo por la planta de oncología de cualquier hospital nos devuelve a la cruda realidad, y nos demuestra el carácter acientífico de la afirmación de Watson. En algunas ocasiones por un voluntarismo que confunde los deseos con la realidad, y en otros casos por actuaciones deliberadamente fraudulentas, algunos científicos han hecho del juego con la esperanza humana un suculento negocio. Algunos "científicos" no se diferencian demasiado de los charlatanes vendedores de crecepelo infalible.


Las enormes expectativas que se han creado con investigaciones científicas en el campo de la clonación, o de la investigación con células embrionarias, pertenencen a esta tendencia, mucho más de ficción a largo plazo que de base científica real. Los rendimientos a largo plazo exigen mucha menos precisión y evidencia cortoplacista. Son extremadamente dúctiles. Y sirven, además, como una forma de presionar a los políticos en la captación de fondos públicos que financien sus investigaciones. Son bastantes los científicos sin escrúpulos que prometen resultados de curación siempre y cuando los políticos allanen el camino. Es decir, vacíen de contenido ético sus programas y los financien. Y pocos políticos se arriesgan a aparecer ante la opinión pública como obstruccionista del progreso médico o científico. La política sí es un negocio a corto plazo, a diferencia de la ciencia.


La clonación, por ejemplo, supuso una eclosión de declaraciones cargadas de un futuro esperanzador. La misma palabra se convirtió en sinónimo de elixir de la juventud perpetua, de inmortalidad incluso. De repente, la ciencia parecía tener el líquido que colmase la sed de inmortalidad del hombre. En el año 2001, Claude Vorilhon escribió un libro titulado "Yes to human cloning, inmortality thanks to Science" (Sí a la clonación humana, la inmortalidad gracias a la ciencia.). La ciencia de finales del siglo XX se aproximaba demasiado a la eugénesis nazi. La creación de super hombres se empezaba a ver como un futuro nada incierto.


La realidad ha demostrado que la Clonación ha sido una historia negra de fraudes, fracasos y costosísimas investigaciones. La clonación crea serias anormalidades en casi todos los embriones, y sus intentos suelen acabar en fracaso. Mucho menos de moda hoy en día, los científicos que apostaron por la clonación han hecho su particular transición a la investigación con embriones, con las mismas promesas de curación universal. Otra forma de vender humo al que volveremos en otra ocasión.

Thursday, August 02, 2007


Desde mi trinchera liberal: Sale del coma tras varios años.


Cuando la vida se convierte en moneda de curso legal su valor se marca en los despachos. Se devalua, se deprecia o se saca de circulación a conveniencia. Un estadounidense, tras varios años, ha salido del coma mediante estimulación por electrodos.



Hay que apostar en toda circunstancia por la vida. En el fondo, nada atenta más contra la vida que la ausencia de Dios. La desvincula de su carácter sagrado y de su legítimo propietario, abriendo las puertas al relativismo. La vida tiene el valor que unos señores deciden, caprichosemente, darle. Para recuperar el valor intrínseco de la vida es necesario reencontrar el sentido de Dios.

La noticia de que es un estadounidense ha salido de su largo coma mediante estimulación de su cerebro por electrodos es una señal de hacia dónde deben dedicarse energías y fondos económicos. A la investigacíón por salvar vidas. Algún día nos tendrán que explicar por qué hay sectores muy activos en promover precisamente lo contrario. Son los que juegan a nuevos dioses con la vida de los demás.

La madre de este estadounidense es hoy la mujer más feliz del mundo. Su hijo, y así lo ha relatado ella, ha vuelto a poder decirle "te quiero mamá". Largos años esperando el momento, sin saber si llegaría a producirse. Pero a su lado en el dolor. Otras familias hubieran apostado por asesinar a sus seres queridos con el eufemístico pretexto de la compasión o de la muerte digna, ayudados por asesinos de bata blanca y por Estados que hacen dejación de su principal función, proteger la vida de sus ciudadanos. Como la película de Frank Capra, arsénico, por compasión.