Wednesday, December 19, 2007
Desde mi trinchera liberal: Javier de Paz y Pizarro a Telefónica.
Perdí la pista a Javier de Paz tras su pelotazo con mucha miga en Panrico, cuando Costafreda puso el cartel de se vende en la bollofactoría rica rica y el fondo de riesgo Apax dejó su plusvaliosa tarjeta de visita. Ahora me lo reencuentro sentado en el Consejo de Telefónica, tras su breve paso por la pública Mercasa, previo nombramiento digital de su amigo Zapatero en el BOE de las prebendas. Ya lo dijo el presidente: café sólo para mis amigos.
Javier de Paz no consiguió terminar su licenciatura universaria, añádase a la extensa lista. Tampoco le hizo falta. Llevar el carnet de partido en la boca es el mejor curriculum, el abrelatas más efectivo. Otro profesional del carrerón de la política. Empezó a tocar pelo siendo secretario general de las juventudes socialistas, cargo que ocupó hasta 1990. Para ese año, lo de juventudes socialistas le cuadraba a Javier de Paz sólo en lo último, por lo que había que empezar a buscarle nuevo acomodo. Fue nombrado secretario general de la Unión de Consumidores españoles, y de ahí dio el brinco a Director General de Comercio Interior, hasta 1996. Es el meteorito de la Paz.
Con el cambio de ciclo político, tocó cobrar servicios y tirar de tarjetero. Javier de Paz recaló entonces en la empresa privada, privada pero hociqueada por el poder político, y fue nombrado adjunto a la presidencia de Panrico. Participación accionarial incluida y pelotazo al canto con la compra de Panrico por Apax. Socialismo a la española. Preparar la carnaza al tiburón, aligerar plantilla, convertir en precario todo lo que se pueda fijo y vender unos cuantos inmuebles que siempre ayuda a reducir la deuda y hacer cash. Que el nuevo inquilino ecuentre la habitación despejada y el trabajo sucio hecho. Tener otros miramientos es como las suecas sin depilar en Fuengirola o los juegos reunidos geyper en familia: Una cosa del pasado. Ahora toca la cultura del pelotazo.
Con la vista puesta en marzo, el astuto Alierta ha nombrado a Pizarro y de Paz consejeros de telefónica, a ver si no me mueven del sillón. Ser amigo y socio del grupo Prisa ya no es salvoconducto decisivo ni aval de permanencia. Toca poner Una vela política al diablo y otra a Dios. Puñetero país de servidumbres.
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