Desde mi trinchera liberal: Zapatero al rescate.

Lleva tiempo circulando la información de que Zapatero está negociando con algunas inmobiliarias un rescate millonario financiado a través del ICO. Es decir, que la juerga y los cristales rotos de la traca inmobiliaria lo vamos a pagar entre todos, si prospera la iniciativa de Zapatero.

No parece muy sencillo justificar desde una óptica socialista esta ayuda con caudal público a empresas que han hecho de la especulación en caliente y el endeudamiento irracional su tarjeta de visita. Claro que el socialismo a la española es diferente. Aquí no hay fina política de altos vuelos y bien común sino caciquismo de cortijo, intervencionismo de sabuesos a la caza del despistado voto y mentiras descaradas de corto recorrido.

El simple hecho de que Zapatero esté negociando usar dinero público para salvar empresas privadas es de por sí suficientemente escandaloso, y hay que entenderlo en clave preelectoral. Zapatero no puede permitirse el escándalo de una gran inmoliaria echando el cierre y dejando en la calle a cientos, quizá miles de trabajadores. No porque yo crea que a Zapatero le importen los trabajadores, sino salvar su pellejo político. A usted, querido lector, nadie le va ayudar a llegar a fin de mes, ni encontrará dinero público que le afloje el corsé de su hipoteca. A usted, dos piedras y de canto. Piénselo a la hora de votar.

Esta iniciativa crea un tremendo agravio comparativo entre las empresas españolas del sector. Es un bálsamo para los malos estudiantes, y ,en cambio, perjudica a los que han hecho bien sus deberes y no han asumido riesgos imposibles. Los que han renunciado al bombo y al platillo y se han centrado en intentar hacer bien su trabajo, poniendo cabeza y calculadora donde otros sólo firmaban cheques a cualquier precio. Ahora se sienten desprotegidos mientras probablemente piensen que en este país de pícaros y políticos de carrera, se siguen premiando los desaguisados y castigando las buenas prácticas.

Pero hay algo que Zapatero no habrá aprendido en dos tardes de cafetera y lección de economía. Es posible que alguno de sus asesores incluso le haya advertido. Este tipo de préstamos extraordinarios e inusuales, sirven para que desde el extranjero certifiquen nuestra debilidad económica con su traducción en bonos más altos. Los inversores van a exigir una mayor rentabilidad a la hora de comprar bonos, y eso nos alejará aún más de los bonos alemanes, que actúan como referencia en Europa. Ësta decisión no pasaría ni mucho menos desapercibida para las agencias de ráting, que enseguida se dan cuenta de que donde hay humo, hay incendio, y podrían rebajar nuestra clasificación. Eso por no hablar de la reacción que se produciría en Europa, ya que la inyección económica a las inmobiliarias por parte del gobierno español sería vista, y con razón, como competencia desleal de las empresas españosas frente a las empresas europeas del sector. ¿Y nosotros vamos a estar en la liga de los Champions de la economía? Será desde la grada.