Friday, August 08, 2008


Desde mi trinchera liberal: Economía y lógica.

A los hermanos Valls Taberner, presidente y vicepresidente del Banco Popular, atribuyen la siguiente frase: "nunca contrataríamos a alguien que empezara una frase diciendo: "es lógico que...", ¡Podría arruinarnos!".

Y es que, en economía, como en todos los órdenes de la vida, la lógica tiene sus trampas. La lógica nos lleva a pensar, por ejemplo, que es imposible que la tierra sea redonda. Del mismo modo, la lógica también nos dice que un cuerpo pesado caerá más rápido que un cuerpo menos pesado. Cuenta la leyenda que Galileo se subió a la torre de Pisa y tiró dos bolas de diferente peso para demostrar que ambas caerían al mismo tiempo. Se trata posiblemente de una leyenda inventada, y lo más seguro es que Galileo realizara la demostración haciendo rodar bolas de diferente peso por planos inclinados. La limpia geometría euclidina, sobre plano, formal y lógica, nos dice que la recta es la distancia más corta entre dos puntos. Sin embargo, la nueva matemática tridimensional desmonta este argumento, y alumbra una caótica topología que tiene en cuenta la curvatura del espacio y su susceptibilidad de ser deformado.

Y en economía también es aplicable la frase de Los Valls. Pienso con lógica, luego me arruino. He oído a bastantes personas,periodistas salmones incluidos, decir que la bolsa baja porque hay mucha presión vendedora. Y es una media verdad, o una media mentira. En realidad, cuando la bolsa baja aumenta el volumen de compras. Es incuestionable, aunque desafíe la lógica. Si alguien vende, alguien tiene que comprar. La bolsa es simple intercambio, y nadie puede vender, o comprar en el vacio. Es ese equilibrio, o desequilibrio, entre la oferta y la demanda el que provoca dientes de sierra o planicie en los gráficos. Cosa distinta es que existan posiciones de compra que fijen el precio por debajo de las posiciones de venta, y que esto haga que el precio de la acción caiga, pero ese es otro aspecto.

Hemos tenido años de intenso crecimiento económico, con mucha creación de empleo y tipos de interés bajísimos. Fiesta segura. Casi todos hemos seguido la lógica suicida del momento. Las familias se han lanzado a consumir y a endeudarse para financiar ese consumo. Lo mismo el Estado. Lo mismo las empresas. Al ver que el consumo crecía, la mayoría de las empresas aumentaba sus inversiones en bienes de equipo, empezaba a producir más, y contrataba más gente. Y vuelta a empezar la burbuja.

Pocos se dieron cuenta de que a este atracón le tenía que seguir, forzosamente, una pesada digestión. La crisis que casi nadie vio pero que a casi todos comió. Ahora muchas familias están axfisiadas por la deuda y el Estado en números rojos. Las empresas tienen sobreproducción y acumulan stock, tienen una plantilla hinchada artificialmente y no encuentran dinero, ni sentido, a financiar sus proyectos de inversión, ya empezados. Empieza el ciclo contrario. Reducción de consumo, aumento de paro, caída de la producción industrial y pesimismo generalizado.

Conozco empresas que no se dejaron llevar por los lógicos cantos de sirenas de los años pasados. Me llamaba la antención que éstas empresas no invertieran en aumentar la producción, ni buscaran contratar nuevos trabajadores. Era como si la fiesta no fuera con ellas. El tiempo les ha dado la razón. No cayeron en la trampa de una lógica viciada.

La crisis pasará, aunque va a tener efectos dramáticos difíciles de superar. Visto que Zapatero tiene un problema para cada solución, me conformaría con que al menos se quede quietecito y no estorbe demasiado. Como le dé por ponerse resolutivo, ya podemos empezar a buscar sacerdote.

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