Monday, August 04, 2008
Desde mi trinchera liberal: La cesión a los matones.
Decia Noel Coward que"El dinero no nos proporciona amigos, sino enemigos de mejor calidad". Hugo Chávez es un enemigo de excelente refinamiento para las empresas españolas presentes en Venezuela. O tragan con su proyecto socialista o es mejor que hagan las maletas.
Sólo unos días después del bochonorso espectáculo de comadreo entre el Rey de España, Zapatero y Chávez durante la reciente visita de éste último a nuestro país, el caudillo venezolano ha vuelto a interferir gravemente en los intereses de empresas españolas en aquel país. En esta ocasión le ha tocado al Banco Santander, al que quieren obligar a vender su filial al gobierno venezolano. Es decir, nacionalización pura y dura por la vía de los hechos consumados. Adios al libre mercado y a la seguridad jurídica en Venezuela.
Produce una gran pena ver cómo la diplomacia española está conviertiendo a nuestro país en el hazmerreir de todo el mundo. En este caso, además, con la inestimable de una monarquía que ya huele a envase caducado. España ha primado las relaciones bilaterales con países, caso de Venezuela, Argentina y Bolivia, que no han dudado en practicar una política de acoso y derribo a las empresas españolas cuando así lo han creido conveniente, mientras Zapatero miraba hacia otro lado y cedía la plaza sin resistencia ante el primer estornudo de estos matones disfrazados de salvapatrias.
Me consta que en los cuarteles generales de algunas grandes empresas españolas con intereses en aquéllos países, existe un fuerte descontento con Zapatero, por mucho que en público estos empresarios sonrian en la foto con Zapatero. Yo creo que piensan que Venezuela no queda tan lejos de la actual España, ni Zapatero de Chávez. Mucho miedo es lo que sienten los empresarios españoles.
La puñalada al Banco Santander se veía venir. Ya habían sido varios los avisos que Chávez había dado a los dos grandes bancos españoles presentes en aquel país, el BBVA y el Banco Santander. La disyuntiva de Chávez a los bancos españoles era muy clara: O se convierten en sucursales del socialismo populista, con créditos de muy bajo interés a los sectores productivos del país, o acabarían nacionalizados.
Este nuevo socialismo, entre mesiánico y pistolero, va a convertir la libertad en Venezuela en un barco hundido. En nuevos vientos de prosperidad y pacífica convivencia anhelados desde el exilio. Se añora especialmente no lo que no se tiene, sino lo que se la perdido. El discurso del socialismo radical sólo tiene cabida en sociedades moralmente enfermas o económicamente miserables. Y hacia allí dirige su proa Venezuela. De nuevo, hay que insistir. ¡ Qué vergüenza que el Rey de España y el Presidente del Gobierno se hayan prestado a hacerle los coros a este impresentable!.
Un último capítulo para hablar de Chávez el dadivoso. Qué bueno es Chávez que nos va a vender a los españoles 10.000 barriles al día a 100 dólares el barril, a cambio de inversiones-sin cuantificar, por supuesto- y tecnología. Mucho me temo que el timo está servido y convenientemente tragado por las autoridades españolas. Cuando Chávez hizo este anuncio, el precio del petróleo rondaba los máximos históricos, y la buena nueva fue recibida por casi todo el mundo con alborozo. Magnífico el Sr Chávez, ya ha conseguido restablecer, en algunos ambientes progres y no tan progres, su imagen en España. Sin embargo, la realidad es que desde que Chávez hizo el anuncio, el precio del petróleo no ha dejado de bajar, y ya cotiza por los 120 dólares el barril. Aún hay más. Casi simultáneamente al anuncio de Chávez, el presidente de la OPEP, Chakib Jelil, declaró que el precio del barril podría bajar hasta los 78 dólares, lo cual tampoco sería una sorpresa en un contexto de crisis económica global. Podemos preguntarnos si hay una cláusula de revisión de precios en el acuerdo. Porque ya sólo nos faltaba pagar a 100 lo que los demás pagan por debajo. ¿Tenemos o no un gobierno de resplandecientes lumbreras?
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