Sunday, October 28, 2007


Desde mi trinchera liberal: trece socavones.


Pertenece ya al anecdotario de este presidente cenizo, accidental y demoledor el hecho de que su inesperada, sorprendente y semi-clandestina visita a las obras del AVE de Barcelona haya coincidido con la aparación de un nuevo socavón. Aquí lo único que rueda a alta velocidad es la incompetencia de un gobierno que ha convertido la vida de muchos catalanes en una carrera de obstáculos, socavones, grietas, apagones, candelarias y monumento a la paciencia.


Trece socavones parecen ser demasiados hasta para un profesional del hundimiento como es Zapatero. En las obras de Barcelona, el presidente ha declarado que el responsable último del desaguisado ferroviario es el gobierno socialista. El esquema es tan sencillo que hasta Pepino Blanco podría entenderlo, si tiene un buen día: dado que el propio presidente del gobierno admite que su gobierno es el último responsable, ¿por qué aún no ha dimitido nadie? Ni están ni se les espera. Desafortunadamente.


Por el contrario, tenemos a la alicuota ministra de Fomento del Caos eludiendo su propia responsabilidad, usando terminología de garita cuartelaria y parapetándose en discursos de adolescente buscando gresca. Ha convertido su ministerio en un menu de taberna baja.


Magdalena Alvarez llegó a ser ministra por una razón, un favor y un procedimiento o pretexto. La razón era que Chaves, que no la aguanta, la quería ver bien lejos de Andalucía y ocupada. El favor, el que le debía Zapatero a Chaves por su ayuda a alcanzar la secretaría del SOE, fatídico día. Y el pretexto, la infamia esa de las cuotas.


Desde su llegada a al ministerio, la ministra ha hecho del despróposito su modo de actuar. De la prepotencia, que ha llevado a muchos mandos a saltar del Ministerio, un fachada tras la que esconder sus propias flaquezas y errores. Ha tenido la misteriosa habilidad de aunar en su contra a ERC, IU, CIU, PNV y PP. En lo que a ella respecta, ha conseguido dinamitar el botijo de Tinell. Y la paciencia de todos los españoles.

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