Desde mi trinchera Liberal: Sin luz al final del túnel.

Por mucho que los empedernidos del optimismo nos señalen lo contrario, no hay solución posible. La economía española no puede aguantar la silicona y los caprichos de 19 rutilantes nacionicitas, la inflación de políticos por metro cuadrado, más coches oficiales que en la maldita yanquilandia, los fondos reservados, los fondos sin fondos, los buitres de carnet, los sindicalistas que negocian convenios al estilo soviético,a vivir sin pegar chapa lo llaman liberarse, los empresarios que chupan del presupuesto y otras treintaocho guindas del pastel. Esto es demasiado pastel para cualquiera.

A mí se me ríen en el estranjero cuando intento explicar que en este tinglado llamado España las administraciones públicas se saltan la legislación a la torera y pagan cuando les sale del mismisimo presupuesto bajo. O cuando intento decir que las Cajitas de ahorro españolas viven bajo la protección permanente de San Politiqueo el Amigote. Dicen: imposible que la economía española se homologue algún día a la europea. Y yo creo que tienen razón.

Así es imposible ser competitivo. Así es imposible ser productivo, ni aspirar a algo. Pongo un ejemplo. En el ranking que la Comisión Europea ha publicado sobre las 500 empresas que más invierten en I+D, la primera española, Telefónica, ocupa el puesto 41. La segunda mejor posicionada es Indra, en el puesto 116. Se pueden contar con las dos manos las empresas españolas que se sitúan entre las 500 europeas por inversión en I+D, y sólo una esta entre las cien primeras. Con unos datos así, sólo podemos aspirar a exportar sandias a granel e ir adecentando los chiringuitos de la playa sin que el guiri palme por tragarse una paella en mal estado. Aquí hay poco más de industria.

Dice el bulto sospechoso que habita en la Moncloa que la recesión tocará en fondo en España a la vuelta de la esquina. Toma ya, eso sí que son motivos para creer. Vota PSOE.