Desde mi trinchera liberal: A vueltas con el despido libre.

Me llegan ecos de que la Patronal del Paripe, La CEOE, está planteando el despido libre ante la gravedad de la crisis. Habría que preguntarse ahora en qué balances de color de rosa estaban pensando los empresarios cuando posaban sonrientes con Zapatero, crísis, ¿Qué crisis?.

El gobierno no tomó ninguna medida cuando el impacto de esta tremenda crisis podía paliarse. Se dedicó, con la connivencia de empresarios y sindicatos, a ocultar la realidad y a inventarse unas cifras de bonanza que sólo ellos se estaban creyendo. Como dice el profesor Juan Velarde la política económica del gobierno socialista se puede resumir en una frase: Durante la época de las vacas gordas hicieron todo lo posible para que volvieran las flacas. Y a esta ruta hacia el abismo contribuyeron, al menos con su silencio, las organizaciones empresariales y por supuesto las sindicales.

Mi opinión es que el despido libre es una barbaridad. Conozco a demasiados empresarios de gatillo flojo que están deseando cualquier excusa para hacer limpia. He visto demasiadas quiebras puramente especulativas, fraudulentas, de auténticos deprededores, ingenieros de la calculadora. Lo único que nos faltaba es darles a este gente la barra libre del despido, para que sigan pagando los platos rotos de la juerga los más débiles en la cadena.

Es sin duda necesario un espacio intermedio, que existe y es el deseable, entre el despido libre y la rigidez laboral que sufren las empresas españolas y que lastra nuestra competitividad. Ese es el debate que habría que empezar de una vez por todas.

Dice Jordi Canals que los empresarios en España deberían hacer un master en humanismo. Pues eso. Hasta entonces, que no hablen de despido libre, verdadera puerta hacia situaciones de abusos inmorales.