Sunday, May 04, 2008
Desde mi trinchera liberal: Panorama de la crisis alimenticia.
El gran incremento en los precios de los productos básicos de alimentación ha hecho que se disparen las alarmas y que se empiece a hablar de problemas en la alimentación que afectarán especialmente a las capas mundiales más desfavorecidas. ¿Existen soluciones?
El primer dato que quiero dar invita a un cierto optimismo: la producción mundial de cereales en 2008 se incrementará un 2,6 por ciento, hasta alcanzar la cifra récord de 2 164 millones de toneladas. Si se materializa el crecimiento de la producción previsto en 2008, los problemas actuales de suministro podrían aliviarse en la temporada 2008/09. Esperemos que sea así.
Empieza el reparto de responsabilidades en la confección de esta tarta escasa. Una responsabilidad grave la tenemos los países ricos, y las medidas proteccionistas para algunos cultivos domésticos. Durante décadas, básicamente se ha seguido el siguiente proceso:Los subsidios que los gobiernos de Estados Unidos y Europa han dado a su producción agropecuaria se han repartido generosamente a dos manos: por un lado les subsidian los costos, y ofrecen créditos ventajosos para la exportación,y por el otro, han desarrollado mecanismos para comprar sus excedentes y luego regalarlos a los países del tercer mundo.
Históricamente esos excedentes han sido comprados por el Programa Mundial de Alimentos y por diversas agencias de ayuda internacional para luego ser regalados a los países pobres. Y esta forma de dumping, perdón por el anglicanismo, que diría la extibta Carmen Calvo, ha generado un círculo vicioso: los productores de los países pobres no pueden competir contra alimentos regalados, carecen de incentivos, y los gobiernos de turno se acostumbran a lo cómodo. Ven más sencillo aceptar el pez que enseñar a utilizar una caña de pescar.
Aquí viene la segunda cuota de responsabilidad: los gobiernos de los países pobres más dependientes de la agricultura, sólo han destinado el 4% de su presupuesto al sector agropecuario en los úttimos 20 años. Esto ha provocado que el cultivo llamado de subsistencia- aquél del que se abastece una familia- prevalezca en detrimento del cultivo comercial. Podemos imaginar que en un contexto internacional de incremento de precios, loa productores ´de cereal de los países pobres habrían visto como sus rentas crecían exponencialmente y se fortalecían las divisas de los países afectados. Ha sido una oportunidad perdida.
Actualmente, existe otra tendencia al proteccionismo, además de la anterior, que reduce las ventajas del libre mercado. Los gobiernos de los países pobres productores de cereal, han empezado a aplicar aranceles que gravan y dificultan la exportación del mismo. La medida tiene como objetivo asegurar las reservas domésticas de estos alimentos y evitar revueltas. Algo que no hay que desdeñar. Según la ONU, exiten decenas de países su sceptibles de sufrir revueltas sociales si la crísis persiste. Ya se han producido revueltas en Haití, México, Costa de Marfil,Marruecos, Uzbekistán, Yemen, Guinea, Mauritania y Senegal, por citar algunos.
La solución, o soluciones, son complejas , pero las hay, y ocupan un amplio campo de actuación, desde cambios en las políticas hasta aplicación de la ingeniería en desarrollar diferentes variantes de semillas, por ejemplo. Malthus predijo hanbrunas por un crecimiento descompensado de la población con relación al crecimiento de los recursos, pero se equivocó. El hambre, o la desnutrición, tiene mucho más que ver con el egoísmo y con una mala aplicación de políticas globales. Aquí no sobra nadie.
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