Quo vadis, PPito?
Vaya por delante una cosa: si me muestro tan especialmente crítico con el PP, es porque tienen mi voto asegurado, al menos para las siguientes elecciones generales. Pero coño, me lo están poniendo muy difícil.
Entre los Alberto Ruiz-Socavón (perdón,Gallardón), los Javier Faenas, Josep Pifié, Alberto Núñez Feijoodienda y Jaume Mematas, tengo la firme convicción de que hay que hacerle una cirujía estética a la gaviota lo antes posible. Por no hablar del muchachito ese con aires de seminarista rojete que dirige Nuevas Generaciones, y que quiere desligar al PP de lo que es su esencia y su base social más amplia: el humanismo cristiano.
La catarata de errores y desaciertos del PP están alcanzando cotas de inevitable inquietud y urgente reconversión. Primero fue lo del "matrimonio" homosexual. La postura oficial del PP fue clara y contraria. Hasta se manifestaron alegremente por las calles. Sin embargo, pronto empezaron los Feijoodienda y Gay-ardón de turno a desafinar. Me da la impresión que Gay-ardón es un hombre garzoniano: con tal de chupar cámara lo mismo casa a dos camioneros que a su portera con un dromedario. Y llega Javier Faenas a intentar convencernos de que Andalucía es una realidad nacional, y el gazpacho un plato escandinavo. Don Mariano no se inmuta y despacha el asunto diciendo que lo de realidad nacional es un simple adorno retórico. Pero oiga usted, Don Mariano, que por casi lo mismo su partido ha declarado inconstitucional el Estatut Catalán. Aclarese!! Aclarenos!!.
¿Qué decir, por último, de Josep Pifié? Siendo benévolos, podríamos decir que el PP no ha sufrido la debacle electoral que se esperaba. Pero no está el artículo para benevolencias, así que diré que Pifié no ha conseguido ni de lejos movilizar al electorado potencial catalán del PPC y 30.000 de sus votantes se han ido a Ciutadans, un partido, este sí, que por encima de su ideología, se declara principalmente como NO nacionalista. Lo de Piqué es vaciedad ideológica, contradicción y acomplejamiento. Y donde digo Piqué, digo Pepé.