Desde mi trinchera liberal: Sonatrach y Zapatero.
En último término, la decisión de la empresa gasista argelina Sonatrach de rescindir unilateralmente el contrato que le vinculaba con Repsol y Gas natural para la construcción del proyecto de gas Gassi Toul, tiene que ver con la postura que Zapatero, alineado con Marruecos, está teniendo en relación con el Sáhara, un asunto que irrita profundamente a Argelia.
Miente, pues, el gobierno cuando afirma que no va a intervenir en este contencioso porque se trata de cuestiones puramente empresariales. Las relaciones con Argelia siempre han exigido una exquisita finura diplomática, que, torpemente, Zapatero se ha encargado de dinamitar, convirtiéndolas en misiles contra los intereses españoles.
Es algo que se venía larvando hace tiempo. Desde que Zapatero anunciara su apoyo al plan de Marruecos para el Sáhara Occidental, Argelia respondió airadamente, subiendo el precio del gas que suministra a España, y trabando el camino de las empresas españolas en Argelia. El gobierno argelino, recibió con frialdad al Rey Don Juan Carlos cuando, intentando recomponer, sin éxito, los platos rotos por Zapatero, visitó Argelia enviado por el gobierno español. En la agenda de nuestro vaporoso presidente no figura dar la cara, labor que encomienda a otros. Lo suyo es la sonrisa beatifica, la cama de las civilizaciones y el blanqueo de terroristas. Todo un éxito, presidente. Argelia nos tiene en el punto de mira.
En esta partida de cartas a mala cara, Argelia lleva la mejor mano. España, absolutamente decifitaria en energía, y sin alternativas plausibles, tiene en Argelia a su mayor distribuidor de gas. Tenemos mucho que perder, y nada Argelia, cuyo gas puede encontrar fácil acomodo en otros mercados. Ese es el gran dilema que no ha sabido ver Zapatero, y mucho menos resolver satisfactoriamente para España. Es la tónica habitual de este gobierno que ha hecho de la política internacional un auténtico desastre. El proyecto de Zapatero se pudre dentro y fuera de nuestras fronteras.
El momento que ha elegido Argelia para rescindir este contrato es otra bofetada, sarcástica, al gobierno español. Se ha producido escaso tiempo después de que Joan Clos levantara muchas de las restricciones que había impuesto a Sonatrach en el otro gran proyecto hispano-argelino, el gaseoducto de Megdaz. Un "enterado" Clos, afirmaba exultante hace escasos días: "Los contratos de suministro de gas natural a largo plazo se basan en la amistad y el entendimiento con Argelia.". Aún se están tronchando los argelinos. Háganos un favor, quédese en Pekín.
1 comment:
Patxi Munarriz dijo
El gobierno español internacionalmente tiene muy poco peso. Ahora se rumorea que Sonatrach estaría interesada en adquirir la participación que el SCh tiene en Cepsa. Todo el mapa energético español va a acabar en manos extranjeras...menuda ruina de gobierno. Recomendar2007-09-06 22:34:05
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