Wednesday, June 11, 2008


Otra historia del Titanic.

Algunos difundieron la leyenda de que el Titanic era un barco "insumergible". Ni Dios podía hundirlo, decían los más pretenciosos. Y el ser humano...¿Soberbia, de qué? Un bloque de hielo perdido en el océano y un cúmulo de negligencias humanas llevaron al gran barco a pique. Toda aquella insumergible obra de ingeniería se hundió en dos horas.

La soberbia camina de la mano de la imprudencia. Todo muy lógico. Colocaron menos botes salvavidas de los necarios. ¿Para qué colocar más botes si no hay peligro? El resultado: 1500 personas perecieron en esa tragedia de un total de 2200.

Como en toda tragedia humana, hubo momentos para el heroismo y momentos para la vileza. Hubo un heroismo que podíamos llamar convencional. La mayoría de los supervivientes eran niños y mujeres. Podemos pensar que esto fue consecuencia de la orden del capitán Smith de que a los botes subiesen primero las mujeres y los niños. Puede ser verdad, pero también lo es que la mayoría de los hombres aceptaron esta orden sin mayores rebeliones. Como doloroso contraste, También hubo clasismo y privilegios a los poderosos. Basta un dato: 58 hombres que viajaban en primera salvaron sus vidas. 49 niños que viajaban en tercera, no.

La tragedia se cebó especialmente con las familias numerosas que viajaban en tercera. El caso por ejemplo del matrimonio Goodwin y sus cinco hijos, que aparecen en la foto. Todos perecieron en el naufragio. O el caso del matrimonio Sage y sus nueve hijos. Ningún miembro de la familia sobrevivió. La lista es larga: Los Andersson, los Asplund, los Palsson, los Panula, Los Rice o la familia Skoog. Eran todas familias humildes, sufridas, que no tuvieron ninguna oportunidad.

También hubo casos de heroismo que han llegado a nuestro conocimiento, algunos de los cuales han sido reflejadas en la película Titanic de Cameron. Es una película, en mi opinión, absolutamente prescindible en su primera mitad, con esa historia de amor algo estrafalaria y poco convincente entre Kate Winslet y Leonardo Dicaprio. Sin embargo, la segunda parte de la película, que relata el hundimiento, aún me sigue conmoviendo cuando la veo, y me parece bastante recomendable. Es una opinión.

Podemos citar algún caso. Testigos que sobrevivieron al accidente aseguran que la orquesta del Titanic, dirigida por Wallace Hartely y que se mantuvo tocando en la cubierta del Titabic hasta el momento de su hundimiento. La última melodía que recuerdan algunos testigos es la de "Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar". La humilde oración de quien sabe próximo su final. Ninguno de los músicos sobrevivió.

Hay también testigos que declararon que dos sacerdotes rehusaron ocupar sendos asientos en los botes salvavidad, y se quedaron en el Titanic. Eran el Padre Peruschitz y el Padre Byles. Este último fue visto en la cubierta ayudando a mujeres y niños a subirse a los botes, confesando aquí y allá, y confortando a cuantos asistían despavoridos a un cruel final. El Padre Byles se hundió con el Titanic y su cuerpo jamás se encontró. Su destino fue el de los más débiles y necesitados.

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