Tuesday, July 10, 2007


Desde mi trinchera liberal: Durísima sanción a Telefónica.


La durísima sanción económica impuesta a Telefónica por la Comisión Europea tiene un transfondo no sólo empresarial, sino principalmente político. Revela el cada vez menor peso político de Zapatero, y su falta de pulso internacional.


La Comisión Europea ha querido castigar al gobierno español golpeando los riñones de Telefónica. Por casos más graves, compañías telefónicas de los países de primera fila europeos recibieron multas menos cuantiosas y ejemplares. La multa impuesta a Telefónica sólo fue superada en su cuantía por la aplicada a Microsoft. Es fácil ser ejemplarizante con países de segunda fila en el tablero de Europa, como España. Zapatero lo pide a gritos.


La sanción a Telefónica tiene una vertiente empresarial evidente. La multinacional española ha duplicado su tamaño en Europa via adquisiciones, convirtiéndose en una amenaza para otras empresas hegemónicas del sector. Además, la amenaza es por partida doble. Telefónica es ella misma hegemónica en España, y mantiene una posición de dominio que no deja ningún resquicio a sus competidores europeas. Razones más que suficientes para que la vieja, intervencionista, y demacrada Europa le haya sacudido con el bolso a Telefónica. La endeblez de Zapatero, su desprestigio en temas como la OPA a Endesa, sus torpezas con Merckel o Sarkozy no han hecho sino aumentar los deseos de revancha, y su justificación.


Conviene recordar que la multa fue consecuencia de la denuncia que France Telecom-participada por el estado francés- realizó sobre Telefónica. Conviene recordar que la investigación que desembocó en la elevadísima multa la llevaron a cabo investigadores franceses y alemanes, en tiempo récord además. Conviene recordar que Telefónica cumplía escrupulosamente con las condiciones impuestas por la CMT, por lo que, en todo caso, la multa debería haber recaído sobre este organismo público que regula el sector de las telecomunicaciones en España. Han ido a cazar a telefónica.


Ni una palabra en defensa de la multinacional española ha salido de la boca de Zapatero y su gobierno. Una vez más, Zapatero se borra del mapa en un momento delicado. Sólo vive de ilusiones infantiles.

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