Monday, September 29, 2008


Desde mi trinchera liberal: Y el congreso americano dijo no.

En definitiva, el rechazo del Congreso norteamericano al plan de rescate de Bush, pactado in extremis entre demócratas y republicanos, se puede resumir en la siguiente frase: No a salvar con dinero del contribuyente empresas privadas. No al intervencionismo del Estado en economía, y que sea el propio mercado quien depure sus activos tóxicos.

Desde un punto de vista liberal, el argumento es de una lógica abromadura. No es de extrañar la paragoja de que hayan sido los republicanos quienes a la postre han inclinado la balanza del No, tumbando la propuesta de su jefe de filas George Bush. Son los menos proclives al intervencionismo estatal. Creen en la libertad de mercado, en lo bueno y en lo malo. Y han demostrado, con su negativa, una verdadera libertad de voto propia de una democracia madura y consolidada. Mucho tendría que aprender nuestra encorsetada clase política al respecto.

Ya comentamos en este mismo periódico que el plan presentaba serias dudas en cuanto a su eficacia, y su única razón de ser era evitar el hundimiento del sistema financiero norteamericano y su más que probable contagio a los demás continentes. El propio Bush advertía de que el plan no resolvía los problemas que sufre la economía estadounidense. Por otro lado, un 60% de nortemericanos se mostraban contrarios a este plan, y parece de justicia. ¿Quién rescata la hipoteca del norteamericano medio? ¿Tienen ahora que soportar ellos los desmanes de quienes se dedicaron a la especulación atroz, a los bonus por hipotecas concedidas y a los contratos blindados? No pasan por ahí, y las elecciones están muy cerca. Algo habrá influido eso también en el ánimo de los congresistas.

Las consecuencias del rechazo congresual al plan Bush se han visto reflejados en el derrumbe de Wall Street. El Dow Jones ha caido casi un 7%, lo que constituye la mayor caída en su historia. Nos tenemos que preparar para lo peor.

No comments: