Desde mi trinchera liberal: Caso Madoff.

Resulta más que claro que si queremos ir al fondo del asunto del caso Madoff no podemos atender a las explicaciones de los bancos que han sido sus víctimas, muy preocupados ahora en quitarse el muerto de encima, pero que nada decían cuando mandaban a sus gestores a cenar opíparamente con Madoff al Four Seasons, cobrando una pasta gansa por comisiones y tasas de clientes que luego han sido esquilmados.

Para saber la verdad, hay que atender a lo que dicen sobre Madoff los bancos que no aceptaron su juego. Y, según se ha filtrado, uno de estos bancos desvelaba una serie de puntos inquietantes explicando por qué ellos no trabajaban con Madoff. Era casi imposible contactar con él, no mandaba informes de estados financieros, había una confusión enorme entre los gestores de los fondos y los custodios y una larga serie de puntos que demuestran que Madoff, y los gestores patrimoniales que en él confiarion, funcionaban de este modo: Tú no me hagas preguntas y yo te ofrezco una rentabilidad enorme al dinero de tus clientes. Limitate a no saber dónde tienes la mano derecha y chupa cuantiosas comisiones. Eso es todo. Resultado: millones de euros de españoles perdidos en la palabrería y juegos de ingeniería financiera.

Alguien tendría que poder responder cómo semejante desaguisado se le ha escapado a la SEC, encargada por velar la seguridad de los inversores. Porque resulta inaceptable que todo el sistema financiero mundial esté en proceso de liquidación, salvado en última instancia gracias al dinero de los contribuyentes, mientras los organismos oficiales encargados de velar porque estas cosas no ocurran siguen tranquilamente sentados cobrando su nómina de funcionarios. Aquí no ha funcionado nada. Más estado y menos mercado, claman ahora los sociatas de medio mundo hincando el colmillo a una oportunidad de oro. Y no se dan cuenta que lo que ha fallado fundamentalmente es el Estado y sus organismos de vigilancia.