Tuesday, December 23, 2008
Desde mi trinchera liberal: Morosidad en la administración pública.
Si no fuesemos una sociedad acostumbrada a vender nuestra alma ak diablo de la excesiva ideologización, hace tiempo habríamos dado un puntapié a la mediocre clase política que nos acosa, nos torea, nos miente y desgobierna. Si no fuésemos ese verso suelto de Machado, españolitos permanentemente incrustados en uno de los dos bloques antagónicos, no dejaríamos pasar sin rebelarnos, los unos y los otros, ante según qué escándalos.
El dato en frío: Se calcula que un 25% del volumen de quiebras empresariales forzadas por la asfixia financiera derivada del incumplimiento en los plazos contractuales de pago. Es decir, una de cuatro empresas quiebra por culpa de los morosos.
Lo más sangrante de esta escandalosa situación es que sea la Administración Pública quien más incumple la ley y más demora los pagos a las empresas proveedoras. Son por tanto los principales responsables de la axifisia ecomómica que lleva a la desaparación de miles de empresas.
Pero ay de usted, maldito ciudadano, si se le ocurre demorar el pago a las administraciones. Enseguida le lloverán las cartas de apremio, los recargos, la cuenta embargada y ese plan de escapada de fin de semana con la familia que se la ido al traste porque le han birlado su dinero.
Ni siquiera cuando una empresa se encuentra en proceso de concurso de acreedores, afloja la administración el bolsillo. No es infrecuente que incluso empresas que caen en situación concursal sigan sin recibir los abonos pendientes por parte de las administraciones; un sarcasmo cuando éstas se reservan por ley el papel de acreedor privilegiado en este tipo de procesos para ser las primeras a la hora de cobrar.
Esto es lo que realmente le importamos a esta cueva de ladrones: un comino a pagar, además, en cómodos plazos y a su antojo. País.
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