Desde mi trinchera liberal: Prietas las filas.

Si Dios no lo remedia, caminamos hacia una sociedad de rebaños apelmazados, prietas las filas y uniformidad agobiante. Existe un grupo muy activo de acendrados ideologos, infatigables amasando el pan de la opinión pública, que creen que La pluralidad de pensamiento es una enfermedad que deben erradicar.

El otro día, en Jaca, visité la librería que junto las pastelerías Echeto y la Imperial, fundada hace más de un siglo, y la terraza de Casa Fau cuando el tiempo lo permite, son mis visitas obligadas en Jaca. A propósito del libro de Pilar Urbano sobre la Reina, y la polémica que han levantado sus palabras en relación al "matrimonio" gay, la librera me decía: la reina sólo ha dicho lo que pensamos la mayoría de los españoles, que una unión entre personas del mismo sexo, no es un matrimonio. Que le llamen otra cosa y fin de la historia.

Sin embargo, los fabricantes de opinión han conseguido no sólo que nos traguemos ese camello, sino que además bajemos la mirada cuando nos toca explicar nuestro punto de vista. ¿Seguro que somos mayoría los que pensamos que eso no es un matrimonio? Si así fuera, somos una mayoría muy cobarde.

En una ocasión, oí a Alvaro Pombo, homosexual con callo por el que tengo cierta simpatía, decir que gran parte de su vida se la había pasado luchando contra el corse institucional, para que ahora sean los de sus mismos gustos sexuales para encerrarlo en la jaula del matrimonio.

No lo ha entendido usted, don Alvaro. Aquí la cosa no es extender derechos sino destruir pilares básicos de la sociedad tradicional. Y ese es el reto al que nos enfrentamos hoy en día.