Desde mi trinchera liberal: Rebaja del Impuesto de Sociedades, eso sí es una medida.

Nuestro entrañable vecino, Portugal, acaba de anunciar una medida que sí cae de lleno en el catálogo anti-crisis. La rebaja a la mitad del impuesto de sociedades en Portugal es una buena noticia, y camina en la buena dirección, frente a esas medidas de bote de cosméticos que estamos aplicando en España.

La clase empresarial española ha reaccionado con temor y con cierta envidia. Temor a que empresas españolas se empiecen a instalar en el pais vecino, aprovechándose del mejor trato fiscal. Y con envidia, porque en España es ésta una reivindicación histórica de los empresarios.

El problema actual de la CEOE, y sus correspondientes satélites regionales, es que se mueven en una mezcla de despiste y cinismo. Los mismos empresarios que anteayer aplaudieron con las orejas la decisión de Zapatero de inyectar dinero del contribuyente para rescatar a los bancos españoles con problemas, aplauden ahora la decisión de Portugal y piden a Zapatero que calque la medida. Miren, señores, esto es una contradicción. No se puede aumentar deuda pública y al mismo tiempo, rebajar impuestos. Sin entrar en el fondo de las medidas anticrisis de Zapatero, en mi opinión inútiles y contraproducentes, los empresarios, sus dirigentes, deberían aplicar los rudimentos de cualquier manual de economía. Un mayor déficit público, o una acumulación de deuda pública, es incompatible con una política fiscal restrictiva. Su labor sería denunciar esto, pero han elegido la complicidad en el desastre.

¿Queremos reactivar la economía española? Bien. Rebajemos impuestos, gestionemos lo público con mentalidad privada, controlemos el gasto público, eliminemos tanto ministerio inútil, aligeremos la alforja de altos cargos dedocráticos, e invertamos en educación de calidad. Empiecen por ahí, señores empresarios, y dejen de hacer la ola a Zapatero.