Saturday, May 05, 2007


El abrazo del oso Chavez.

Decia Noel Coward que"El dinero no nos proporciona amigos, sino enemigos de mejor calidad". Hugo Chávez es un enemigo de excelente refinamiento para las empresas españolas presentes en Venezuela. O tragan con su proyecto socialista o es mejor que hagan las maletas.


Hugo Chávez amenaza al BBVA y al Banco Santander, dos de los bancos españoles con más intereses en Venezuela. Deben financiar el populismo de boina roja, el socialismo de nueva era y fracasado discurso que Chávez encarna,por las buenas, vía adhesión al régimen más o menos aparente, o por las malas, via nacionalización. O los bancos se convierten en sucursales del socialismo, con créditos de muy bajo interés, o acabarán intervenidos, es el mensaje de Chávez. Este nuevo socialismo, de caldo mesiánico y pistolero, va a convertir la libertad en un barco hundido. En nuevos vientos de prosperidad y pacífica convivencia anhelados desde el exilio. Se añora especialmente no lo que no se tiene, sino lo que se la perdido. El discurso del socialismo radical sólo tiene cabida en sociedades moralmente enfermas o económicamente miserables. Y hacia ellas dirige su proa Venezuela.


Zapatero está en la misma trinchera que Chávez. Por mucho que disfrace de consenso sus puñaladas traperas, y sus formas sean las de un exquisito crupier, por debajo de la mesa truca la ruleta hasta ajustar los números a sus oscuras intenciones. Zapatero es el presidente de una comunidad de vecinos que nos quiere echar a la mitad del edificio. Derrumbarlo y hacerlo de nuevo. Ha malvendido el solar de España a depredadores. Nos aboca a una segunda transición, desde el revanchismo, el ajuste de cuentas político y el rencor. Desde la ruptura radical en cualquier caso. O lo echamos o nos echa. No nos queda tan lejos Venezuela.

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