Monday, January 08, 2007

Como ya adelantó Aragón Liberal, el Heraldo de Aragón sigue enredando con la Federación de Empresarios de Comercio de Zaragoza. En su dominical columna, esa que han bautizado como tarjeta de crédito, "express",Luis Menéndez pía pero pía poco.
Y la verdad es que aporta poco de interés. Entre otras cosas porque ya desde estas lí­neas saltó la liebre hace unos dí­as.

Ya dijimos que la filtración que recibió el Heraldo de Aragón provení­a de la misma ECOS, de la mano de un directivo relevante y relevado.

Hoy Luis H Menéndez nos dice en su columna que "En Ecos hay una marejadilla que no gusta a muchos de sus asociados. Precindir del tesorero elegido en un procedimiento poco claro no dice bien de la organización".
La verdad es que no aclara si el procedimiento poco claro ocurrió en la elección del tesorero o en su cese. Luis lo sabe, y yo también, así­ que quizá la ambigüedad de Luis Hernéndez venga al caso y sea calculada. Ser claro es algunas veces arriesgado.
Recuerdo aquella anécdota que cuentan de una tertulia literaria que se tení­a en casa de una familia aristocrática de Barcelona. Esta familia tenía un niño que era, según las crónicas, bastante cabroncete y molestón. En una de esas, dicen que César González Ruano, ya cabreado hasta el clavel de la solapa, espetó: "A ver niño, a ver cuándo leemos eso tan bonito de que has subido al cielo". Ni que decir tiene que González Ruano no fue nunca más invitado a aquella casa.
A veces, los mensajes crí­pticos tienen menos dramáticas consecuencias. Que Luis H Menéndez tiene poco jugo que libar de este asunto lo demuestra el subjetivo juicio de valor que efectúa al principio del artí­culo, eso de que hay una marejadilla que no gusta a muchos asociados. ¿Habrá hecho una encuesta de los miles de asociados de ECOS? , ¿Se habrán producido una cascada de solicitudes de baja en la asociación? Más bien parece un adorno dialéctico ad hoc.
Algo habí­a que decir, aunque sea una copla, como por ejemplo: A su mujer ofendido "cabra" un marido llamó y ella se desagravió con llamarle...su marido.
Fernando Inigo.

No comments: