Cuentan la anécdota de ese niño que estaba viendo maquillarse a una tía suya. ¿Qué estás haciendo? preguntó curioso el niño. Me estoy maquillando para estar guapa, contestó la tía. ¿Y por qué no lo estás? remató el chaval.
En ocasiones la cosmética en vez de arreglar los desperfectos, los resalta más. Entre las virtudes del colorete no está la de obrar milagros. Lo mismo Zapatero, en cuanto se afana por maquillar sus fracasos y enmascarar su hipermiopía política, no consigue más que hacerlos más visibles, más dolorosos y más frustrantes. Este hombre no es que necesite unas gafas nuevas, es que necesita los telescopios Keck, Mayall y Hale juntos.
Se fue a Alemania en los tiempos oscuros de la OPA de E.On a Endesa para tranquilizar a nuestros vecinos. Al mismo tiempo que brindaba con Angela Merckel con vino del Rhin augurando un final feliz de la OPA a E.On, el "Financial Times" titulaba su edición: "Emboscada del gobierno español a E.ON". La comisión europea denunciando amenazante al gobierno español y usted de brindis. Luego vino la crisis de Marbella, en la que Zapatero pidió tranquilidad. A los pocos días, agencias inmobiliarias europeas empezaron a vender apartamentos en Marbella con un seguro especial en que el inversor recuperaba su dinero en caso de que su apartamento fuera demolido por ilegal. O termina la era zapatera o nuestra imagen como país moderno va a formar parte de los comics de ficción.
Más doloroso, y de una gravedad incalculable, resulta el fracaso que Zapatero está cosechando en su política suicida con ETA. Dice que está verificando el alto el fuego de la banda terrorista y por la retambufa mientras ETA roba 300 pistolas. Es de suponer, y a estas alturas hasta Rubalcaba se ha debido de dar cuenta de ello, que estas pistolas no se iban a emplear en un campeonato de tiro al plato, sino del tiro al maketo, faceta en la que ETA siempre ha destacado. Acude entonces a la profecía para augurarnos un año mejor que el pasado. Al día siguiente, coño con el profeta, los terroristas vuelan medio Barajas y asesinan a dos honrados trabajadores. Zapatero parece querer culpar a estos dos pobres inmigrantes de haberse quedado a dormir en el coche, funesta costumbre de currantes. Lo resume la nauseabunda frase: ha sido un trágico accidente, y se pone manos a la obra buscando el kit de maquillaje. Se le ocurre llamar a los titiriteros, que ya se sabe que les gustan más las pancartas que a un tonto un lapicero. Especialmente si en las pancartas se culpa al PP de la situación, y de paso a la Iglesia Católica, que, como se sabe, para estos memoprogres, tiene la culpa hasta de los atascos de tráfico. Es decir, que esta panda de cineastas y demás floreros subvencionados, se dedica a insultar a media España, de la cual, por cierto, también chupan. Son como parásitos, viven a costa de los demás, y además les incordian. Me acabo de enterar que el foro de Ermua convoca a otra manifestación en Madrid para el próximo 3 de febrero. Media España no nos resignamos a morir. Y a Zapatero se le sigue corriendo el rimmel.
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