Saturday, February 17, 2007


Desde mi trinchera liberal: Fernández Bermejo, otro de la secta


No es que sea bermejo. Es bermejón, bermejazo, bermejorro, más rojales que Carrillo con sarampión. Ahora, premiado por sectario al frente del Ministerio de Justicia. El nuevo ministro de justicia ha pasado satisfactoriamente todas las pruebas del fanaticómetro a las que ha sido sometido.


El gobierno socialista ya sabemos que premia la rojez, que por algo rima con estupidez. Cuanto más rojo, más ministrable. Cuánto mas idiota, también. Si mezclamos las dos el cielo socialista se nos abre de par en par y pare un ratoncito como Fernández Bermejo. Zapatero tiembla de emoción y éxtasis. Entiende a la perfección la estupidez y el rojerío, siempre tiene un sillón vacante para ejercitarlas. Los demás también temblamos, pero no de emoción. Pavor nos produce este músico frustrado que terminó de fiscal, y ahora, de ministro de justicia nada menos. Un pederesta en un campamento de boy scotus tendría menos peligro.


Su carrera como guitarrista en el grupo Los Cirros no es que se pueda definir de estelar, pero al menos, resultaba inofensiva, salvo que produjese algún estallido de tímpanos. Viendo que su banda no cosechaba el éxito esperado, Marianito empezó a estudiar para fiscal. Así que más que oposición al franquismo, hizo oposiciones para hacer carrera a la sombra del Caudillo, terminando de fiscal en 1974, con la necesaria adhesión a los Principios Fundamentales del Movimiento. Es decir, que Mariano Fernández Bermejo descubrió que era rojo una vez muerto Franco, descubrimiento, que dicho sea de paso, fue bastante generalizado entre los que hoy presumen de anti franquistas. Santiago Carrillo, en los tiempos de la transición, solía decir que la historia del PSOE eran 100 años de honradez y 40 de vacaciones. No es que los socialistas brillasen por su lucha antifranquista, salvo raras y contadas excepciones. Más bien, los socialistas brillaron por su ausencia. Los 100 años de honradez, con el tiempo, también.


El padre de Fernández Bermejo era falangista convencido. Tan convencido y tan cómodo se encontraba en el franquismo que llegó a ser teniente de alcalde. Supongo que este dato biográfico le escuece a Marianito Fernández Bermejo, y quizá hasta anide en él un complejo de culpa o verüenza mal asumido. Como los Solana, Javier y Luis, que quisieron convertir a su padre en un mártir de la guerra civil (por supuesto, un mártir de los rojos), cuando resulta que el padre de los Solana entró en Madrid como oficial de las tropas de Franco. Por eso ahora se empeñan en borrar las huellas de la historia retirando estatuas de Franco y volando el Valle de los Caídos. En realidad, lo que quieren dinamitar es su propia y vergonzosa memoria histórica. No la de Franco, la de ellos, que le sirvieron.


Mariano Fernández Bermejo es el fiscal que en más ocasiones ha sido declarado incompetente por sus propios compañeros. Por ejemplo, cuando quiso ser fiscal jefe de Madrid, el Consejo Fiscal no le dio ni un solo voto. Ni siquiera le votaron sus compañeros rojetes de la Unión Progresista de Fiscales (ya saben, son 4 y Mariano Fernández, el de la guitarra). Este Consejo tampoco le encontró capacitado para acceder a la Audiencia Nacional. En cambio, Zapatero, le ha encontrado capacitado para ser ministro de justicia para todos los españoles. Yo creo que a quien verdaderamente tenía en mente Zapatero para ocupar esa cartera era a De Juana Chaos, pero no ha podido ser. Así que ha encontrado el recambio en Mariano Fernández Bermejo, que tampoco se lleva tanto con De Juana. Todo lo que pueda hacer en favor de ETA y su entorno este nuevo ministro de Justicia, no lo duden, lo hará. De hecho, esta ha sido su trayectoria. He aquí el premio y reconocimiento de Zapatero. Y ETA brindando.

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