Desde mi trinchera liberal: Cuando Stephen Hawking tergiversa.
Si tecleas google buscando hawking, encontrarás muchas páginas con la siguiente información: "Stephen Hawking dice que Juan Pablo II le pidió que no estudiara el origen del Universo". Es una información falaz, una tergiversación. Esto es lo que de verdad ocurrió:
Hawking, en su libro Historia del Tiempo, relata lo siguiente:
"Durante la década de los setenta me dediqué principalmente a estudiar los agujeros negros, pero en 1981 mi interés por cuestiones acerca del origen y el destino del universo se despertó de nuevo cuando asistí a una conferencia sobre cosmología, organizada por los jesuitas en el Vaticano. La Iglesia Católica había cometido un grave error con Galileo, cuando trató de sentar cátedra en una cuestión de ciencia, al declarar que el Sol se movía alrededor de la Tierra. Ahora, siglos después, había decidido invitar a un grupo de expertos para que la asesorasen sobre cosmología. Al final de la conferencia, a los participantes se nos concedió una audiencia con el Papa. Nos dijo que estaba bien estudiar la evolución del universo después del "big bang", pero que no debíamos indagar en el "big bang" mismo, porque se trataba del momento de la Creación y por tanto de la obra de Dios. Me alegré entonces de que no conociese el tema de la charla que yo acababa de dar en la conferencia: la posibilidad de que el espacio-tiempo fuese finito pero no tuviese ninguna frontera, lo que significaría que no hubo ningún principio, ningún momento de la Creación. ¡Yo no tenía ningún deseo de compartir el destino de Galileo, con quien me siento fuertemente identificado en parte por la coincidencia de haber nacido exactamente 300 años después de su muerte!" (p. 156).
Sin embargo, esto fue lo que realmente dijo el Papa Juan Pablo II en su discurso a los participantes en la sesión plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias, el 3 de Octubre de 1981 :
"Toda hipótesis científica sobre el origen del mundo, como la de un átomo primitivo, del que procedería el conjunto del Universo físico, deja abierto el problema referente al comienzo del Universo. La ciencia no puede por sí misma resolver dicha cuestión (*); hace falta ese saber del hombre que se eleva por encima de la física y de la astrofísica, y que recibe el nombre de metafísica; hace falta, sobre todo, el saber que viene de la revelación de Dios. "
Como vemos, en su texto Hawking sufre una confusión, esperemos que involuntaria, entre "no puede" y "no debe".
Lo que el Papa dice no es que la ciencia "no debe" estudiar el origen radical de la materia, sino que "no puede" hacerlo. No se trata de un "no poder" de "no estar permitido", sino de un "no poder" de "no ser capaz por sus propios medios", como se ve claramente por el texto. Es un "no te es posible", frente al "no te está permitido" que afirma Hawking. Es una cuestión de humildad científica, algo quizá chocante para alguien que como Hawking quiere formular una Teoría Unificada del Todo.
Sin embargo, la frase falsa de Hawking alcanzó un eco mediático muy profuso y veloz, viendo enseguida algunos que podían sacar rédito de este fraude y hacer que la Iglesia Católica apareciese como autoritaria, enemiga de los científicos, y esencialmente oscura en su sabiduría. El diablo es astuto y ágil. Baste decir que hasta en el ABC, colaron el gol fantasma.
"Toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo". Y lo que dijo el Papa Juan Pablo II fue una gran verdad. Las mentiras las ponen otros. Chapeau, Juan Pablo, ante usted, como siempre, me descrubro el cráneo, que diría Valle-Inclán. Cuidanos desde el Cielo.
Fernando Inigo
Si tecleas google buscando hawking, encontrarás muchas páginas con la siguiente información: "Stephen Hawking dice que Juan Pablo II le pidió que no estudiara el origen del Universo". Es una información falaz, una tergiversación. Esto es lo que de verdad ocurrió:
Hawking, en su libro Historia del Tiempo, relata lo siguiente:
"Durante la década de los setenta me dediqué principalmente a estudiar los agujeros negros, pero en 1981 mi interés por cuestiones acerca del origen y el destino del universo se despertó de nuevo cuando asistí a una conferencia sobre cosmología, organizada por los jesuitas en el Vaticano. La Iglesia Católica había cometido un grave error con Galileo, cuando trató de sentar cátedra en una cuestión de ciencia, al declarar que el Sol se movía alrededor de la Tierra. Ahora, siglos después, había decidido invitar a un grupo de expertos para que la asesorasen sobre cosmología. Al final de la conferencia, a los participantes se nos concedió una audiencia con el Papa. Nos dijo que estaba bien estudiar la evolución del universo después del "big bang", pero que no debíamos indagar en el "big bang" mismo, porque se trataba del momento de la Creación y por tanto de la obra de Dios. Me alegré entonces de que no conociese el tema de la charla que yo acababa de dar en la conferencia: la posibilidad de que el espacio-tiempo fuese finito pero no tuviese ninguna frontera, lo que significaría que no hubo ningún principio, ningún momento de la Creación. ¡Yo no tenía ningún deseo de compartir el destino de Galileo, con quien me siento fuertemente identificado en parte por la coincidencia de haber nacido exactamente 300 años después de su muerte!" (p. 156).
Sin embargo, esto fue lo que realmente dijo el Papa Juan Pablo II en su discurso a los participantes en la sesión plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias, el 3 de Octubre de 1981 :
"Toda hipótesis científica sobre el origen del mundo, como la de un átomo primitivo, del que procedería el conjunto del Universo físico, deja abierto el problema referente al comienzo del Universo. La ciencia no puede por sí misma resolver dicha cuestión (*); hace falta ese saber del hombre que se eleva por encima de la física y de la astrofísica, y que recibe el nombre de metafísica; hace falta, sobre todo, el saber que viene de la revelación de Dios. "
Como vemos, en su texto Hawking sufre una confusión, esperemos que involuntaria, entre "no puede" y "no debe".
Lo que el Papa dice no es que la ciencia "no debe" estudiar el origen radical de la materia, sino que "no puede" hacerlo. No se trata de un "no poder" de "no estar permitido", sino de un "no poder" de "no ser capaz por sus propios medios", como se ve claramente por el texto. Es un "no te es posible", frente al "no te está permitido" que afirma Hawking. Es una cuestión de humildad científica, algo quizá chocante para alguien que como Hawking quiere formular una Teoría Unificada del Todo.
Sin embargo, la frase falsa de Hawking alcanzó un eco mediático muy profuso y veloz, viendo enseguida algunos que podían sacar rédito de este fraude y hacer que la Iglesia Católica apareciese como autoritaria, enemiga de los científicos, y esencialmente oscura en su sabiduría. El diablo es astuto y ágil. Baste decir que hasta en el ABC, colaron el gol fantasma.
"Toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo". Y lo que dijo el Papa Juan Pablo II fue una gran verdad. Las mentiras las ponen otros. Chapeau, Juan Pablo, ante usted, como siempre, me descrubro el cráneo, que diría Valle-Inclán. Cuidanos desde el Cielo.
Fernando Inigo
1 comment:
frid dijo
Al fin nuestro amigo Fernando ha encontrado al verdadero Hawking... ¿algo de mala leche, verdad?
2007-02-06 08:53:26
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