Desde mi trinchera liberal: Conthe quiere hablar
Y esta determinación ha causado una honda preocupación, y un muy justificado nerviosismo en el gobierno de Zapatero. Conthe exige vincular su dimisión a explicar las razones de esta dimisión en el Congreso. Algo que desasiega hasta la irritación a Zp
No quiere Zapatero que sus vergüenzas se sigan aireando en público. Le interesa diluir en el tiempo cuanto antes este escabroso asunto, y la explicación de Conthe, además de una inusitada expectación, provocará sin duda la prolongación en el tiempo la percepción, nacional e internacional, de la pésima gestión de Zapatero. El día 2 de marzo, The Economist lanzaba un editorial muy crítico con el gobierno de Zapatero. Para el prestigioso semanario británico, "el gobierno español es el que peor parado ha salido de esta tortuosa historia". Nuestra reputación internacional ha quedado seriamente dañada gracias al capricho irresponsable de Zapatero.
Si ahora Conthe, como espero que así sea, da detalles pormenorizados de la actuación canalla del gobierno español en la OPA de Endesa, el escándalo alcanzará proporciones incalculables. No obstante, Manuel Conthe es el encargado de velar por la legalidad y transparencia del funcionamiento del mercado español de valores. La existencia de sombras que manchen esta institución es una pérdida de imagen irreversible para España, y será portada en todos los medios económicos. Zapatero nos está alineando con países como Bolivia o Venezuela. Nula seguridad jurídica a los inversores. La rechifla mundial.
Tanto nerviosismo cunde en el gobierno, que ese mismo día 2 de marzo, El País sacó una editorial en su más puro estilo. Incienso al gobierno, aunque esto les suponga situarse contra la opinión pública mayoritoria, y aviso a Conthe para que mantenga la boca cerrada. He seleccionado una fragmento de el editorial para darnos cuenta de lo que en Prisa entienden por democracia y libertad de expresión. Es más que suficiente:
"Por su propia naturaleza, la figura del presidente de la CNMV debe ser mayoritariamente respetada, y sus decisiones no pueden quedar expuestas a la crítica sistemática. Precisamente el papel del regulador financiero es dictar la última palabra en la que todos los inversores puedan confiar. Conthe ya no era el portador de la palabra respetada. Fiel a su figura hasta el final, parece dispuesto a dimitir entre rayos y truenos. Su último servicio al Gobierno que le nombró debería ser evitar las acusaciones innecesarias y las exculpaciones que responsabilizan a otros de los errores propios.".
A el autor de este editorial, hay que decirle varias cosas: Conthe no consiguió imponer su criterio de parar los pies a la acción ilegal y concertada de Enel y Acciona porque la mayoría de los consejeros de la CNMV, nombrados a dedo por el gobierno socialista, se opusieron. Es sobre estos consejeros plegados al poder socialista contra quienes se están produciendo las críticas. La última frase de este fragmento muestra muy claramente cómo ven desde El País la independencia de instituciones como la CNMV. Ni siquiera lo disimulan, y hablan del "último servicio al Gobierno que le nombró debería ser evitar las acusaciones innecesarias". El País habla de servicios al gobierno. Asumen que no debe haber independecia, sino servidumbre al gobierno socialista. No debe sorprendernos, la sumisión al gobierno socialista es lo que caracteriza al grupo Prisa. En sus cada vez más bajos índices de audiencia lo están pagando. Su descrédito es paralelo al del gobierno. O rectifican rumbo o se hundirán juntos.
No quiere Zapatero que sus vergüenzas se sigan aireando en público. Le interesa diluir en el tiempo cuanto antes este escabroso asunto, y la explicación de Conthe, además de una inusitada expectación, provocará sin duda la prolongación en el tiempo la percepción, nacional e internacional, de la pésima gestión de Zapatero. El día 2 de marzo, The Economist lanzaba un editorial muy crítico con el gobierno de Zapatero. Para el prestigioso semanario británico, "el gobierno español es el que peor parado ha salido de esta tortuosa historia". Nuestra reputación internacional ha quedado seriamente dañada gracias al capricho irresponsable de Zapatero.
Si ahora Conthe, como espero que así sea, da detalles pormenorizados de la actuación canalla del gobierno español en la OPA de Endesa, el escándalo alcanzará proporciones incalculables. No obstante, Manuel Conthe es el encargado de velar por la legalidad y transparencia del funcionamiento del mercado español de valores. La existencia de sombras que manchen esta institución es una pérdida de imagen irreversible para España, y será portada en todos los medios económicos. Zapatero nos está alineando con países como Bolivia o Venezuela. Nula seguridad jurídica a los inversores. La rechifla mundial.
Tanto nerviosismo cunde en el gobierno, que ese mismo día 2 de marzo, El País sacó una editorial en su más puro estilo. Incienso al gobierno, aunque esto les suponga situarse contra la opinión pública mayoritoria, y aviso a Conthe para que mantenga la boca cerrada. He seleccionado una fragmento de el editorial para darnos cuenta de lo que en Prisa entienden por democracia y libertad de expresión. Es más que suficiente:
"Por su propia naturaleza, la figura del presidente de la CNMV debe ser mayoritariamente respetada, y sus decisiones no pueden quedar expuestas a la crítica sistemática. Precisamente el papel del regulador financiero es dictar la última palabra en la que todos los inversores puedan confiar. Conthe ya no era el portador de la palabra respetada. Fiel a su figura hasta el final, parece dispuesto a dimitir entre rayos y truenos. Su último servicio al Gobierno que le nombró debería ser evitar las acusaciones innecesarias y las exculpaciones que responsabilizan a otros de los errores propios.".
A el autor de este editorial, hay que decirle varias cosas: Conthe no consiguió imponer su criterio de parar los pies a la acción ilegal y concertada de Enel y Acciona porque la mayoría de los consejeros de la CNMV, nombrados a dedo por el gobierno socialista, se opusieron. Es sobre estos consejeros plegados al poder socialista contra quienes se están produciendo las críticas. La última frase de este fragmento muestra muy claramente cómo ven desde El País la independencia de instituciones como la CNMV. Ni siquiera lo disimulan, y hablan del "último servicio al Gobierno que le nombró debería ser evitar las acusaciones innecesarias". El País habla de servicios al gobierno. Asumen que no debe haber independecia, sino servidumbre al gobierno socialista. No debe sorprendernos, la sumisión al gobierno socialista es lo que caracteriza al grupo Prisa. En sus cada vez más bajos índices de audiencia lo están pagando. Su descrédito es paralelo al del gobierno. O rectifican rumbo o se hundirán juntos.
1 comment:
auvert dijo
que hable, que hable la verdad que se sepa, que sí, que no, que hable un mogollón. Recomendar2007-04-06 19:00:11
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