Desde mi trinchera liberal: Esperanza Aguirre y Montilla.
Cuando desde las prietas filas socialistas se busca, a cualquier precio, marginar, y si es posible, aniquilar políticamente al Partido Popular, resulta reconfortante ver a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y al prsidente de la Generalitat, José Montilla unidos en un clima de consenso.
No somos un país que nos tomemos a broma. Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón, decia Antonio Machado. Mucho habíamos avanzado en el terreno de la convivencia pacífica entre españoles. Atrás quedaban las familias rotas y divididas, Antonio y Manuel Machado, el brazo en alto o el puño en alto. Las dos trincheras, los muertos en las tapias de los cementerios, en las cunetas, en las fosas comunes. Los paseos para no volver. Los hijos junto a sus padres. En ocasiones, familias enteras asesinadas. Las iglesias quemadas, los sacerdotes martirizados, los maestros exiliados, la poesia huida. Tuvimos que elegir entre dos dictaduras, y el destino nos hizo un guiño: nos envio la menos mala. A veces hemos sido un pais a dentelladas. Junto a esto, justo es decirlo, el heroismo de las buenas personas de uno y otro bando, que tambien lo hubo, que tambien brillo.
La Constitución española nos ha brindado unos tiempos preciosos de libertad, convivencia pacifica entre españoles, y progreso económico. Lo cual no quiere decir que no haya leyes por las que España se desangra: el aborto, la investigacion con embriones, la desproteccion de los mas debiles. Pero esa batalla la debemos ganar desde la libertad, conquistando a la opinion publica. Luchemos por ello.
Por eso es especialmente peligrosa esta nueva politica, sin sentido de estado, de revanchismo politico, de intento de marginacion constante y consciente de media España, que personifica Zapatero, esclavo voluntario de minorias radicales y perifericas. Van camino de instaurar una segunda transicion dinamitando cualquier consenso. No quieren pactar, quieren aniquilar. Los pactos estan reservados a terroristas y sus satelites. En este contexto, ver a Esperanza Aguirre y a José Montilla resaltar publicamente lo que nos une mas que lo que nos separa, es una excelente noticia, ademas de reconfortante y digna de aplauso.
Zapatero es timonel de un barco a la deriva. Navega contra casi todos, por charcos "estremistas" y "corrutos" como diria el grumete Blanco. Esperemos que los españoles, de uno y otro signo, de cualquier signo, sepamos estar a la altura de las circunstancias, y seguir tendiendo puentes. Por una vez, a ver si somos capaces de burlar a nuestra propia historia.
1 comment:
auver dijo
Sobre el consenso: Llega el momento en el que el consenso se debe redefinir. Rodríguez Zapatero ha construido todos estos años contra la realidad española post-franquismo. Se pactó una Constitución de consenso. Todos dejaron pelos en la gatera pero "entraron" hacia una nueva realidad, la de todos los españoles. Era bonito, "aunque no fuese del todo verdad", oir a nuestros políticos hablar de que gobernaban "para todos los españoles". Eso, tenía sus fallos, tenía una voz discordante, el revisionismo histórico del PNV que pedía que se reconociese una realidad histórica que "nunca existió". Un día se despertaron con el "sentimiento de lo vasco" y quisieron hacer una nación independiente. Con ese sentimiento empezaron a construir "matando" desde ETA, brazo militar de Batasuna, con el silencio "culpable" de los peneuvistas que ahora piden perdón, porque realmente "deben reconocer que la andadura de ETA no hubiese sido posible si ellos hubiesen estado firmes negando legitimidad a todo acto de violencia. En su visión deformada identificaron, como dice Fernando Inigo, franquismo y democracia. Y ahí viene el problema, esa mentira es la misma que sostiene Rodríguez Zapatero. Y en tres años que parecen una eternidad, intoxicó con su "ley de memoria histórica", con la "revisión de los juicios del franquismo" con su "pacto de Tinell de todos contra el PP", con la "resurrección de las dos españas", con "los agrabios", con el "pacto con los criminales"... y así, "crispando España" dice que aquellos que han sido agredidos crispan porque se defienden. Porque memoria histórica tiene dos sentidos, porque la república se manchó también con sus crímenes, porque el agrabio lo hace el que te ignora, porqe la víctima de los criminales de ETA merece un lugar donde exponer su defensa. Y los pobres partidos pequeños se encuentran descolocados. Por sobrevivir "callan" ante tanta mentira socialista. Por sobrevivir piensan que "hay que estar con el duro", que ese "ni perdona ni olvida", que "es un resentido" y hay que tratarle bien, no decirle las verdades y permanecer en la foto con el "crispador" de Zapatero. Y ahora, en las elecciones en las que tienen algo que proponer, singular y exclusivo, con la riqueza propia de los "partidos caseros", ¿hablan para condenar a los batasunos, hablan para confirmar que están con las víctimas, hablan para estar en oposición a la disgregación de España que lleva descaradamente en el programa la actual cúpula socialista, hablan para acusar a los corruptos y pedir investigaciones por si el "psiquiátrico conectase con Ibiza? En nuestro mar de dudas notamos que alguien rompió el jarrón, el jarrón era de todos, anda echo añicos. El PSOE propone que se repartan los trozos, incluso aunque eso signifique dejar el país vasco en manos de grupos pro ETA y con una Cataluña cada vez menos española. El PP propone rehacer el jarrón (aunque se noten sus grietas). ¿Qué proponen los otros? Para reconstruir ese jarrón, antes llamado España, necesitaremos que todos trabajen para bajar el tono de la crispación, volver a hablar de "solidaridad", de "generosidad", de "perdón", de "recuperar el espíritu de la transición y del consenso". Es claro que sólo lo lograremos si los socialistas echan de la manzana al gusano zapateril que la corroe por dentro. Por el bien de España, necesitamos con urgencia otro PSOE, un PSOE sin Zapatero, pero hasta que no se logre, lo razonable es inclinarse por los populares dejándoles claro que queremos que ellos, luego, sean generosos, recuperen el consenso y hagan de verdad la "limpieza de la corrupción y la recuperación de la credibilidad de las instituciones públicas", en concreto las de las fiscalías. Recomendar
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