Sunday, April 01, 2007


Desde mi trinchera liberal: Necesitamos políticos de altura.


Ya lo dice un amigo mío: existen amigos, enemigos y compañeros de partido político. La confección de las listas de cualquier partido político genera tensiones, disgutos, oportunidades brillantes estúpidamente perdidas y obsequiosas prebendas. En definitiva, pocos, pero normalmente muy injustos, descabalgamientos, y muchos aciertos. Gente válida injustamente castigada y gente competente justamente incluida. Y las correspondientes excepciones a esta regla.


El gran problema que veo yo en la clase política actual - hasta cierto punto, independiente de las siglas que representan- es la instalación de una pasmosa e hiriente mediocridad, que, normalmente deriva en una flagrante y caprichosa debilidad mora y en el apartamiento de la gente más capaz y luminosa. Por supuesto, aquí también caben las exepciones, en uno y otro sentido, pero es lógico que quien se sabe mediocre busque talar los árboles más altos y robustos. No se sienten seguros, ni cómodos, en la evidente comparación. Cercenan a quien les pueda dar sombra, y eso, cuando ocurre, acaba empobreciendo todo el panorama político.


Los que han hecho de la política, no una vocación de servicio público, sino su único oficio y beneficio, suelen ser los más claros exponentes de esta mediocridad política y sus lamentables consecuencias. Forman monaguillos a su gusto, buscan perpetuarse en sus sillones. Fuera de la política no saben vivir de otra cosa. Y eso, en muchas ocasiones, les lleva a sacrificar a los mejores y a ir premiando a los más fieles. No tanto por su prestigio, por su capacidad, o por su valía, sino por su probada adhesión. Temen a la libertad, en resumen. Prefieren los tornillos que les sujeten bien a sus sillones.


Por eso, la política en algunos ámbitos, acaba conviertiéndose en una colección de favores devueltos, obsequios a queridas, formación de capillitas y cadáveres en el camino. No suman, perpetúan. No entra el aire, la corriente, la luz que viene de fuera. Las persianas bajadas, aunque resulte claustrófobico. Eso salva su sillón aunque el ambiente se oscurezca cada vez más.


Para estos políticos, sus verdaderos adversarios no están enfrente. Están dentro de su mismo partido, y eso suele acabar en decisiones injustas, mal inspiradas y peor ejecutadas. Alguien puede pensar en que estas líneas tiene algún destinatario concreto. Y no se equivocan. Pienso en varios.


4 comments:

finig said...

Anonimo Perez dijo

En esa línea de buscar políticos de altura, como dices, desde este periódico podeis hacer, y de hecho haceis, una muy buena labor. Y fecunda. Si, como parece, os lee cada vez más gente, estáis creando un caudal de opinión, una corriente, un espacio, con el que nos identificamos muchas personas. Habies creado un espacio necesario, muy demandado, y que carecía de representación. No os contenteis con crear opinión. Plasmarlas en iniciativas políticas. A tiempos nuevos, odres nuevos. Necesitamos una vuelta a la pureza politica. Renovando lo que ya está, o creándolo de nuevo. No os corteis de dar el salto a la política. Recomendar2007-04-01 17:09:42

finig said...

avalp dijo

Realmente es una reflexión bastante acertada sobre una realidad que se repite, desafortunadamente, con demasiada frecuencia, no es casualidad que la ciudadanía cada día esté un poco mas decepcionada con los partidos políticos, buena parte de la responsabilidad recae sobre ellos por un funcionamiento, en muchas ocasiones, interesado, de reparto de prebendas y de entreguismo al "líder". La democracia, como el amor, hay que cuidarla, mimarla y regarla con actuaciones que hagan más partícipe al ciudadano y sobre todo más creíble en sus determinaciones. Recomendar2007-04-01 17:20:24

finig said...

frid dijo

Estás acertado cuando dices "Los que han hecho de la política, no una vocación de servicio público, sino su único oficio y beneficio, suelen ser los más claros exponentes de esta mediocridad política y sus lamentables consecuencias. Forman monaguillos a su gusto, buscan perpetuarse en sus sillones". Para mí eso fue casi "revelación divina", porque no comprendía cómo era posible que me entorpeciera la labor política "exactamente" quien se iba a beneficiar de ella. Trabajar para uno y que su equipo te bombardeara perjudicando a ese uno, fue una experiencia inolvidable, de esas que señalan un "principio y un final" en la fe en los partidos para pasar en la "fe en las personas". Hoy sólo creo en la "amistad personal" y tengo la maldita suerte de tener amigos de todas las tendencias y de todas las familias. Por esa regla de tres nunca estaría en una lista. Por ser amigo de amigos de Buesa, de amigos de Atarés, de amigos de Alcalde, de amigos de Torres, de amigos de Biel, de amigos "incluso" de Marcelino y de Gaspar... pero ¿se debería castigar la amistad? Los políticos de carrera, que no es el caso de Buesa ni Alcalde (por poner un ejemplo) son los que "corroen los partidos desde dentro". No hay selección y hay siempre una gatera por la que se cuelan "cocodrilos y caimanes". Muchas veces lo que se hace es pensar "lo menos malo", "la necesidad del momento" y votar con la nariz tapada. Hoy estamos en una circunstancia especial, hay que votar y hay que votar por la libertad, lo que supone caminar para echar a Zapatero de la Moncloa y castigar a sus muchachos, también en Aragón, por no haber sido capaces de "controlar al loco" o de "echarlo

finig said...

Fernando Inigo dijo

La amistad, con gente de diferentes partidos, es señal de esa fe que como dices está basada en personas, más que en partidos. Precisamente, eso realmente amalgama y modula la pacífica convivencia entre españoles, dentro de su lógica y sana discrepancia política. Se trata de tender puentes. Precisamente, las políticos que tienen vocación de servicio a sus conciudadanos son los encargados de llevar a cabo esta regeneración. Es gente que gobierna para todos. Buscan el beneficio de la sociedad. Tú lo hiciste en su momento, y estoy convencido que Angel Val, de haber resultado alcalde se San Mateo, hubiese sido un gran político para todos sus paisanos.Su exclusión es dilapidar un enorme caudal humano y político. Recomendar2007-04-01 22:48:36