Desde mi trinchera liberal: quiebra democrática

Según las últimas informaciones, la decisión de excarcelar a De Juana se comunicó a Batasuna hace ya bastantes días. Hubiera sido el gusto y la intención de Zapatero haberlo hecho coincidiendo con la manifestación de Madrid del 3 de febrero...

El minigabinete que se formó para gestionar este asunto fue el que hizo desistir a Zapatero. Hubiera sido tomado como una provocación y con toda seguridad habría hecho aumentar la indignación, y el número, que eso es lo que le preocupaba especialmente, de los manifestantes. La indignación, de hecho, no han podido evitarla, y a ella se suman también muchas personas de buena voluntad de la izquierda. Todas las encuestas apuntan en esa dirección.

Zapatero estaba deseoso, y aún lo está, de hacer gestos amistosos al entorno terrorista. Nada de razones humanitarias, que sólo quedan para la credulidad de cuatro fanáticos. Ya sabemos que, como decía Churchill, "Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema." Por más que se empeñen, seguirán hablando de decisión humanitaria los mismos que cuando el GAL hablaban de maniobras conspirativas. Son un árbol podrido y mentiroso. ¿A estas alturas nos va a dar Rubalcaba razones humanitarias?

Todas las piezas encajan a la luz de esto. De Juana, enfadado porque el gobierno no le soltaba, se arrancó la sonda, lo que produjo un estado de honda preocupación y pesar en Zapatero. Le dolía ver a su amigo así. Por fin, habiendo quitado de enmedio a los funcionarios de prisiones que no estaban dispuestos a tragar, anunciaron en secreto a Batasuna la inminiente excarcelación. La novia del atleta sexual, Irati, se fue a buscar pisito a San Sebastián, para estar cerca de él. Y el gobierno sonriendo satisfecho.

Para ETA, este gobierno es jauja.