Friday, March 23, 2007


Desde mi trinchera liberal: Polanco tronó.

Decía Pitágoras que una bella vejez es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida. No ha entrado Polanco en una vejez reposada, sensata, reconfortante. Ha perdido la serenidad y ha realizado una de las declaraciones más graves contra un partido político que representa a millones de españoles que yo haya oido.

Las declaraciones de Polanco han sido de tal calibre que nos retan a un combate a mala cara.

Ha dicho, nada más y nada menos, que el Partido Popular está deseando volver a la guerra civil, y que las manifestaciones contra la prisión atenuada de De Juana son franquismo puro y duro. Yo creo que Polanco está escondiendo su mala conciencia por haberse enriquecido, precisamente, bajo cobijo del régimen franquista que ahora quiere denostar. Es un tic muy habitual en muchos antifranquistas de nuevo cuño. Por eso, quizá, se esfuerzan tanto en destruir las estatuas que ellos mismos ayudaron, entusiastas, a levantar.

Las infames declaraciones de Polanco, como es sabido, se produjeron durante la junta de accionistas del grupo PRISA. Fueron, en concreto, una contestación a uno de esos accionistas que tomó la palabra para criticar que el excesivo partidismo prosocialista de PRISA estaba haciendo perder ingresos económicos. Es decir, un accionista preocupado por la marcha de un negocio que últimamente está perdiendo clientela, según todos los índices, a marchas forzadas. La respuesta de Polanco, lejos de ser un ejercicio autocrítica, fue la espoleta de unas declaraciones explosivas cargadas de resentimiento contra el PP.

Como si Aznar no hubiese favorecido en gran medida, y seguramente para su posterior arrepentimiento, a PRISA. Cómo se lo pagó Polanco tras la masacre de Atocha es por todos sabido, y por muchos, no olvidado.

Imperdonable para quien pudo poner coto a la mafia polanquista y creyó más conveniente alimentarla. Le costó el gobierno, y nos sobrevino el bobo solemne. Valiente juerga.


Terminó sus declaraciones Polanco con su típico ramalazo masón. Aboga, y cree necesario, por un partido de derechas laico. Ya se sabe que en la jerga socialista, ser laico es ser anticatólico. Cualquier cosa excepto católico. ¿No les suena el discurso de Polanco como un guiño descarado a Gallardón?


La decrepitud físca que produce el envejecimiento es inevitable. Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara, decía Michel de la Montaigne. La decrepitud de Polanco es sobretodo moral. Es espiritual. Da lástima.

4 comments:

finig said...

soydederechasyque dijo

Muy acertada la decisión del PP de no prestarse a comparecer en medios de PRISA. Apalaedos pero al menos no cornudos. No hay más que ver el nerviosismo e indignación con que ha reaccionado la ia izquierda a este anuncio del PP para saber que han hecho lo correcto. Recomendar2007-03-24 16:35:40

finig said...

El Cerrajero dijo

Esto es algo frecuente en los casos en que se confunde un imperio con una persona o una persona es un imperio, caso típico de los dictadores: acabada la persona, finiquitado el imperio. Don Polancone debería saberlo, pero ha caído en su propia trampa. Recomendar2007-03-24 18:49:52

finig said...

El Cerrajero dijo

Esto es algo frecuente en los casos en que se confunde un imperio con una persona o una persona es un imperio, caso típico de los dictadores: acabada la persona, finiquitado el imperio. Don Polancone debería saberlo, pero ha caído en su propia trampa. Recomendar2007-03-24 18:49:52

ruleta said...

Polanco es un democrata y Rajoy un pobre gallego que tiene los dias contados en el partido, no tiene el don de la palabra, sólo farfulla, ese frenillo le hace que sea una caricatura de si mismo.
Finig prefiero el bla, bla, bla al dialogo de besugos que mantiene el PP, chavalín.